El ex crack de Boca Herminio Antonio González, inmortalizado como Pierino por los hinchas xeneizes, falleció a los 87 años en Mar del Plata por una insuficiencia cardíaca, tras una larga internación. Hijo dilecto de la ciudad balnearia, el ambiente futbolístico marplatense sintió el impacto de la noticia ya que "Pierino" era una persona muy querida, inclusive uno de sus hijos fue arquero en el campeonato local.
Con un metro setenta de pura habilidad, antecesor a Oreste Omar Corbatta, "Pierino" llegó a Boca en 1949 con 19 años y al poco tiempo resultó idolatrado. Puntero derecho o izquierdo, manejaba los dos perfiles, redondeó unos 200 partidos oficiales y convirtió más de 40 goles. En 1958, ya ídolo xeneize, también jugó como 9 en el centro del ataque.
González jugó a préstamo en Ferro en 1955 y en el 60 pasó a Huracán. En 1961, con 32 años, volvió a Mar del Plata. Se había iniciado quince años antes en Kimberley, pero firmó para Quilmes.
Enseguida fue convocado para la selección marplatense. Otro crack boquense, Silvio Marzolini, lo evocó para Télam: "Fue mí primer gran ídolo. Recuerdo que en el '51 mi papá nos llevó a mí hermano y a mí a La Bombonera.
Fue una partido contra Huracán y Herminio González tuvo una tarde inspirada. Vi cosas que nunca más pude observar y jugué 15 años en Primera. En una la levantó, con dos tacos, y se la pasó al marcador por arriba del marcador, creo que era "Cacho" Filgueiras.
El estadio hervía, yo tenía apenas 11 años". "Ese año había llegado a Buenos Aires un genio italiano de la música, con apenas 14 años, Pierino Gamba, y todo el mundo hablaba de él. Así fue como Herminio González quedó para siempre como "Pierino", añadió.
De perfil contradictorio porque siempre basaba todo en su gran habilidad, no todos los entrenadores querían eso. Es conocida la anécdota en Boca cuando Ernesto Lazzati tomó la dirección técnica en el 54 y en la fecha quinta le dijo: "mire, usted es el más habilidoso de todos, pero la tiene que largar" y le agregó: "habrá dos pelotas, una para el partido y otra para usted". "Hubo partidos que la gente iba solamente para verlo a él" opinó el periodista Armando Fuselli, historiador de Mar del Plata, autor de "Cien años de fútbol marplatense".
"Hasta hace seis años ibas a Camet, día de sol, lo veías con sus 80 años entrando un rato. Jugaba con otros veteranos. Iba y volvía en bicicleta. El lugar está a diez kilómetros del centro de la ciudad. Un genio", concluyó.