Falleció la escultora María Inés Rotella

Murió ayer una de las artistas plásticas más renombradas de la provincia. Multipremiada, fue profesora de la UNCuyo entre 1985 y 2006.

Falleció la escultora María Inés Rotella
Falleció la escultora María Inés Rotella

"Más peligrosos que los sismos terrestres son los de la memoria, esos que sepultan nuestra identidad debajo de los escombros", deslizaba la escultora María Inés Rotella en una entrevista a este diario cuando presentaba uno de los tantos proyectos -académico en este caso- a los que dio vida como artista completa y destacada del ámbito mendocino, nacional e internacional. Rotella falleció ayer ya que estaba enferma pero ha dejado una obra rica que hará recordar a todos su paso por la escultura, marcada por sus ansias y fascinación por la libertad como forma y como mensaje.

Profesora de artes plásticas de la UNCuyo entre 1985 y 2006 -en donde formó artistas y se desempeñó como docente e investigadora de la cátedra de escultura en la Facultad de Artes Plásticas- nació en 1939 para, en la década de los sesenta, iniciar su camino en la geometría.

De la mano de Beatriz Santaella, inicició investigaciones sobre las posibilidades del cinetismo virtual en la escultura.

En la década siguiente inició su obra geométrica que exploró las diversas posibilidades del hierro laminar policromado. Con la utilización del color simbólico y el juego espacial de planos buscó captar porciones de espacio y tiempo, plasmaciones de la experiencia subjetiva del mundo.

Querida, respetada y admirada no sólo por sus aportes artísticos, sino también por la tenacidad con la que defendió su vocación y el lugar de las búsquedas en el panorama estético local. Pero también debido su capacidad para contagiar esa curiosidad insaciable, desde la docencia, a las sucesivas cabezas que pasaron por la Facultad de Artes y Diseño fue destacada también en el ámbito universitario en diversas oportunidades.

Realizó muestras propias y junto a grandes maestros. También se dio el gusto de reeinaugurar en Chile una cátedra cerrada por Pinochet y de montar una obra en gran tamaño a la entrada de un parque en Valdivia.

Bajo las premisas de riesgo y búsqueda, pasó parte de su vida -"horadando maderas y forjando hierros, buscando una estética consciente para librar su batalla personal, algo que en su momento pareció marcarla", se definía hace unos años en un artículo de este diario.
Más allá de los premios destacados que Rotella obtuvo durante su vida, supo valorar su amor por las formas y buscar cosas nuevas hasta los últimos días de su vida.

Su lugar en el mundo

La escultora encontró su lugar en el mundo en Potrerillos, a donde llevó parte de sus obras y en donde junto con sus hijos -Javier López Rotella y Eloisa López- buscarán destacar sus esculturas y ayudar a promover las inquietudes de otros artistas. "Allí me conocen como 'la mujer del portón', porque saben que es obra mía", contaba Rotella a este diario.

Con lo no figurativo como provocación pura; quizá, inspirada en una cruzada mayor y en el arte como riesgo. "Cada agujero ha sido una liberación; cada grieta, un desgaste", definía y, como siempre, interpelaba con sus palabras y con sus esculturas con las que logró -entre tantas otras cosas- buscar "salvaciones ante tanta degradación".

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