Julio César Strassera, el fiscal del histórico juicio en 1985 a los comandantes de la última dictadura (1976-1983), murió hoy a los 81 años de una enfermedad respiratoria, informó una fuente médica.
En un juicio que fue comparado con las sentencias a los jerarcas nazis tras la II Guerra Mundial, Strassera fue quien logró con su acusación la condena a prisión perpetua del exgeneral del Ejército Jorge Videla, el almirante Emilio Massera y el brigadier Orlando Agosti, entre otros jefes militares.
El exfuncionario judicial permanecía desde hacía tres semanas hospitalizado por una insuficiencia respiratoria en la privada Clínica San Camilo de la capital argentina, donde falleció hoy, informó el jefe de terapia intensiva Mario Kenar.
Strassera, nacido el 18 de setiembre de 1933, fue nombrado Secretario de Juzgado en 1976, y durante la última dictadura que gobernó el país fue promovido como fiscal general.
Durante estos años, el abogado atendió los pedidos de Hábeas Corpus solicitados por presos políticos, que eran mayoritariamente denegados.
Una vez en democracia, el ex presidente Raúl Alfonsín le encargó la importante tarea de realizar la acusación contra los jerarcas del gobierno de facto, por las desapariciones y torturas ejercidas durante el periodos 1976-1983.
El ex fiscal tomó como fundamento de su acusación el informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que fue entregado en septiembre de 1984. Durante el juicio, que se realizó entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985, se trataron 281 casos y se conocieron testimonios de torturas y desapariciones desconocidos hasta ese momento.
El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal dictó la condena contra Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera a reclusión perpetua; Roberto Viola a 17 años de prisión; Armando Lambruschini a 8 años de prisión; y Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión, al cabo de un juicio en el que Strassera tuvo un histórico protagonismo.
Una vez concluido el emblemático proceso judicial, Alfonsín lo nombró en 1987 embajador ante las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, Suiza, cargo del que renunció durante el gobierno de Carlos Menem, para dedicarse a su profesión de abogado.
En 2006 defendió al destituido ex jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra en el juicio político en su contra por el incendio del boliche Cromañón, en diciembre de 2004, cuando murieron 194 personas.
Con el kirchnerismo mantuvo una relación tirante y hasta llegó a acusar al Gobierno de promover "un curro" con los derechos humanos.
Antes de ser internado, Strassera había tenido una activa presencia mediática porque había hecho saber su adhesión a la marcha en homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman.
Respetado por colegas y militantes, Strassera fue durante los últimos 30 años una fuente de consulta permanente en materia de derechos humanos, en la que se convirtió en emblema.