Las fachadas ventiladas son un elemento clave de un edificio, no sólo desde el punto de vista constructivo, sino también desde el energético. Ya que es aquí, donde se produce la mayor pérdida de energía. Son un sistema constructivo que se ha ido fortaleciendo con gran aceptación entre arquitectos y constructores, sobre todo por su elevada calidad, posibilidades estéticas y por sus indiscutibles ventajas de aislamiento térmico y acústico.
CARACTERÍSTICAS
Una fachada ventilada está compuesta, desde el exterior hacia el interior, por una capa de revestimiento vinculada al edificio por medio de una adecuada estructura de anclaje, generalmente de aluminio, y por una capa de aislante anclado a la red de soporte del revestimiento.
El vacío de unos 3-5 centímetros que se crea entre la estructura y el edificio se convierte en así en el espacio en el que la circulación del aire amortigua las variaciones térmicas, mejorando las prestaciones del edificio.
BENEFICIOS Y VIRTUDES
- En primer lugar, permiten fijar un revestimiento independiente a la hoja de cerramiento. Gracias a esta separación se puede insertar una capa aislante y además tolera la libre circulación del aire por su cámara. Estas cualidades son muy importantes ya que implican un enorme ahorro de energía. Durante el verano, las fachadas ventiladas, ofrecen una elevada protección del cerramiento frente a los rayos solares. Con este sistema, el sol incide de forma directa sobre el revestimiento en lugar del cerramiento.
- Otro beneficio fundamental que aportan es el llamado efecto chimenea. Este se produce al calentarse el aire presente en la cámara que, debido al aumento de temperatura, rebaja su densidad y, por convección, asciende. El lugar que ocupaba, se llena de aire freso así impide que se acumule el calor en la fachada. El interior del inmueble se refresca y al no tener que utilizar los sistemas de aire acondicionado de forma intensa se consigue un mayor ahorro energético.
- Pero las fachadas ventiladas no solo aportan beneficios durante los meses de calor, también los meses invernales. Este sistema ejerce la función de acumular el calor junto a la capa de aislante térmico, ya que no hay suficiente radiación solar para que se mueva el aire. De este modo, se logra evitar que la temperatura óptima del interior se escape. Siendo un aspecto favorable más, para el ahorro energético de los hogares.
- Gracias a que el revestimiento exterior está distanciado del cerramiento, la lluvia no entra en contacto directo con las paredes del edificio y además la ventilación continua, seca rápidamente las paredes evitando que la humedad pueda penetrar en el edificio.
- Es un excelente aislamiento acústico tanto en exteriores como en pabellones, teatros, colegios… ya que el revestimiento exterior crea una barrera a las ondas sonoras y gracias a su forma de colocación con juntas abiertas, rompe las ondas sonoras reduciendo enormemente la energía acústica que llega a la pared exterior.