Un nuevo capítulo de la novelesca guerra entre Fabiana Liuzzi y Luis Ventura comenzó tras un fuerte cruce que ella tuvo con el ex "intruso". La vedette dejó por un tiempo su Córdoba natal para reunirse con su abogado en Buenos Aires y recorrer los programas de chimentos.
Liuzzi salió en la portada de la revista Pronto con su hijo Antonito (fruto de una relación fugaz con Ventura), cuestión que le trajo dolores de cabeza. Luego de la exclusiva para la publicación, la vedette cordobesa fue entrevistada en "AM" y habló sobre su pelea con el periodista: "No hago una guerra ni lo quiero hacer, nunca lo hice. No voy a permitir que se pisotee como mujer, mi límite está cuando me tocan a mi hijo. Una vez lo permití que dijera públicamente que despreciaba a su hijo, en ese momento mi hijo estaba luchando por su vida".
La mujer aclaró no ha recibido ninguna comunicación ni notificación por parte de Ventura "que le impida mostrar a su hijo" en los medios pero que consultará con su abogado ese asunto. La declaración surgió porque en "Teleshow", Pascual Farisello, el letrado del conductor, dijo que realizarían acciones legales para que "no se utilice al menor por un tema comercial y publicidad", además de una "rectificación por sus declaraciones".
La vedette también explicó que Ventura no tiene "autoridad moral" para prohibirle ni autorizarle mostrar a Antonito: "Me llamó para decirme que le trajo problemas personales, que no quiere que lo muestre. Dijo que yo había negociado la tapa con mi hijo. Pueden corroborar con Pronto. No sabía que iba a ser la tapa. Yo no vivo para las cámaras, ni me interesa pasearme por los programas, si tengo que ir lo voy a hacer porque no tengo de qué esconderme. Soy una agradecida de los medios, pero no es mi felicidad. Si él tiene el poder para prohibirme que vaya a los programas, que lo haga porque no es mi felicidad para nada. Se enojó con la tapa porque me dijo que le traía problemas personales. Si tuviese la autoridad moral no se hubiese compartido así con su hijo".
Y las lágrimas llegaron al momento de recordar el sufrimiento que vivió cuando el pequeño luchaba por su vida en el hospital: "Para mí es muy duro asimilar su comportamiento con su hijo. Me hizo doler hasta la fibra más íntima, no como mujer porque yo sabía su realidad. Si siento que un hombre me faltó el respeto, no me quiere o no me desea, tengo dignidad. No me interesa como hombre, sino como padre. Estoy dolida como madre, dejé de lado a la mujer, a Fabiana, la enterré. Ahora soy la mamá. En ese momento yo lo veía, yendo a un boliche, a un teatro, está en todo su derecho de hacer su vida. Le pedí que respetara a su hijo, que no me quitara las pocas fuerzas que tenía para ir a verlo. Nunca alcanzó a verlo con un respirador, con cables en la boca, en los pies y en las manos. Yo apenas lo podía tocar con las yemas de los dedos, me moría por abrazarlo y por contenerlo... Solo rogaba a Dios, despertarme al otro día y que me dijeran que mi hijo estaba vivo. No me importaba nada más".
A pesar de todo lo que dijo, Liuzzi aseguró que no odia a Ventura: "Ahora que él (Antonito) está bien, que estoy feliz, disfrutando el día a día, que festejé el día de la madre, con qué derecho ese hombre me viene a reprochar una tapa. No puedo sentir odio hacia él, ni resentimiento. Siento tristeza por mi hijo y por él porque se va a dar cuenta que la vida es corta y que el tiempo que pierde con su hijo, nadie se lo devuelve".
Por el momento, Luis Ventura solo aclaró: "Me voy a dedicar a hacer el trámite en Tribunales. Soy una persona de bien. Que hable el juez, yo no voy a hablar más"; en la misma nota con Fabián Doman, esta mañana, aclaró: "Cuando yo hablo de familia me refiero a mi mujer, y a todos mis hijos, no voy a hacer ningún tipo de división de nada".
