Un grupo de empleados de la escudería Mercedes fue asaltado la noche de ayer por hombres armados en la salida del autódromo de la ciudad brasileña de Sao Paulo, en donde emañana será disputado el Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno, confirmó hoy el piloto británico Lewis Hamilton.
"Algunos de mi equipo fueron retenidos a punta de pistola anoche dejando el circuito aquí en Brasil. Hubo disparos y un arma fue colocada en la cabeza. Esto es muy incómodo de escuchar. Por favor, recen por mis compañeros que están aquí como profesionales hoy, a pesar de estar sacudidos", dijo el tetracampeón del mundo de Fórmula Uno en su cuenta en Twitter.
Hamilton, quien ayer dominó la primera jornada de entrenamientos en el autódromo José Carlos Pace, en la región paulista de Interlagos, instó a la Fórmula Uno a tomar medidas ante este tipo de sucesos.
"Esto pasa cada año aquí. F1 y los equipos tienen que hacer algo más, no hay excusas", afirmó el piloto.
Los trabajadores de Mercedes se encontraban en el interior de un microbús y fueron robados a mano armada cuando dejaban el circuito en el que este fin de semana se disputa el Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno, según explicó a Efe el jefe de Relación de Medios de Mercedes, Felix Siggemann.
"Fueron robados algunos objetos valiosos, pero lo importante es que todo el mundo está seguro y nadie fue herido", explicó Siggemann.
Previamente los ladrones intentaron robar un coche blindado de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), pero el conductor consiguió escapar, dijo a Efe el jefe de Comunicación de la entidad, Mateo Bonciani, quien se encontraba en el interior del vehículo.
Un grupo de hombres con dos pistolas intentó romper los cristales del vehículo, pero no efectuó ningún disparo, y los tres pasajeros del coche consiguieron huir, según su relato.
"El conductor reaccionó perfectamente", aseguró Bonciani.
Los asaltos a mano armada son comunes en algunas regiones de Brasil, un país donde el pasado año se registraron más de 61.600 homicidios, un promedio de siete por hora, cifra equivalente a las víctimas provocadas por la bomba atómica arrojada sobre Nagasaki en 1945.