La contundencia de una medida calificada como "altamente exitosa" por los gremios que pararon y se movilizaron ayer, provocó que hubiera anuncios de nuevas protestas similares para el futuro.
Así lo expresó la titular de ATE y de la CTA en Mendoza, Raquel Blas, en un discurso ante medio millar de personas en la esquina de San Martín y Garibaldi. "Vamos hacia un paro de 36, 48 o 72 horas si hace falta", lanzó Blas en su breve alocución, al tildar de "impresionante" la medida que allí los reunía.
Es que efectivamente la primera huelga general contra el gobierno de Cristina Fernández, que golpea también a la gestión de Francisco Pérez en la provincia, fue rotunda y dejó a Mendoza con la apariencia de un sábado a la tarde, es decir, la mitad de los comercios abiertos, sin bancos, con apenas algunos micros y con hospitales atendiendo sólo en servicios de guardia.
Es cierto que ciertos excesos estuvieron a punto de enturbiar la protesta, tal el caso de las agresiones a los micros y algunas "pedradas a escuelas", según lo informado por el Gobierno, pero en general fue una jornada en la que los manifestantes reivindicaron sus banderas y, como era lógico, el Gobierno intentó minimizar la medida a "sólo un paro del transporte" (ver aparte).
Áreas clave
Sin dudas, la adhesión del Sipemom (Sindicato del Personal de Micros y Ómnibus de Mendoza) fue decisiva para que el 20N tuviera contundencia.
La agrupación que conduce Rodolfo Calcagni, y que cierra filas detrás de Hugo Moyano, tuvo una adhesión casi total. "Más de 3 mil choferes se sumaron a la medida", informó Calcagni, estimando en un 90% el acatamiento.
Efectivamente, y sobre todo en la primera mitad de la jornada, funcionó entre 10% y 15% del servicio, provocando que no se cumpliera el 20% garantizado por el Gobierno. "Las agresiones a 53 micros impidieron que garantizáramos el mínimo", confirmó sobre el mediodía el secretario de Transporte, Diego Martínez Palau.
Por la tarde, la frecuencia mejoró luego de que el Gobierno decidiera que policías viajaran abordo de las unidades para evitar nuevos ataques (ver página 5).
También fue clave la poca actividad de las estaciones de servicio, cuyos trabajadores se plegaron a la protesta en un 90%. "Esto marca la genuinidad de nuestro reclamo", dijo José Luis Escoda, del gremio de estacioneros y senador provincial, en referencia al pedido de subir el mínimo no imponible para el impuesto a las Ganancias y a la universalización de las asignaciones familiares.
Otro sector que contribuyó fuertemente fue el poderoso sindicato de camioneros. Los hombres de Moyano en Mendoza pararon sus vehículos en la zona de la refinería de YPF (donde también estuvieron los petroleros impidiendo la salida de combustible), en Uspallata y en el Sur provincial. "Es un paro espectacular", calificó el secretario gremial Ricardo Letar, quien destacó además que fue "en paz y sin problemas".
Tampoco funcionaron los bancos, ni públicos ni privados, y eso ayudó a variar el tradicional paisaje de un día hábil. "Es una huelga sin precedentes", resaltó exultante el secretario general de La Bancaria local, Alfredo Aruani, quien además lideró una breve movilización de sus militantes a través de las calles céntricas.
En los hospitales y centros de salud la atención se vio fuertemente resentida, principalmente ante la convocatoria de ATE Salud y Ampros. Incluso, el Ejecutivo lo reconoció. "Se ha visto reducida la atención, dijo el ministro de Gobierno, Félix González, en tanto que el titular de Salud, Carlos Díaz Russo, confirmó que "se garantizó y se atendieron cirugías de urgencia", entre otros servicios.
Para los gremialistas el acatamiento fue "del 90%", tal como lo señaló Isabel Del Pópolo, titular de la Asociación de Profesionales de la Salud (Ampros).
En la administración pública en general el acatamiento no fue tan exitoso, aunque sí reducido en varios casos. Algo similar pasó en el ámbito judicial, donde su gremio, encabezado por Carlos Ordóñez, no convocó al paro sino a "asamblea y movilización".
Efectivamente, estos trabajadores se movilizaron y confluyeron pasadas las 11 en la esquina de San Martín y Garibaldi, donde junto a ATE, Ampros, los docentes universitarios y distintas agrupaciones sociales, hicieron su acto central, luego de haber realizado piquetes en diferentes zonas de todo el territorio provincial.
Fue allí donde Raquel Blas ponderó la medida y donde también llamó a "profundizar la lucha" contra el modelo kirchnerista.