La historia delictiva de Moshe Ben-Ivgi es tan cinematográfica que ya cuenta con una película.
El hombre, nacido en Tel Aviv hace 33 años y que el jueves de la semana pasada recibió en la cárcel de
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Ben-Ivgi, de por entonces 14 años, junto con su amigo Arbel Aloni, de la misma edad, asesinaron a balazos al taxista Derek Roth.
De acuerdo con las crónicas de la época, los dos adolescentes -ambos de familias de clase media alta- mataron al trabajador después de que hicieran una apuesta con otro grupo de jóvenes de la misma edad. Ben-Ivgi y su amigo dijeron que eran capaces de matar a una persona.
Ganaron la apuesta.
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Moshe Ben-Ivgi fue detenido en Mendoza el 14 de mayo de 2010. Estaba alojado en el exclusivo hotel Modern (hoy se llama The Mod) de calle Federico Moreno de Ciudad junto con otro ciudadano israelí. Ambos llevaban diez días alojados y ambos tenían pasaportes falsos: Ben-Ivgi, por caso, se hacía pasar por un ciudadano sudafricano.
La Policía de Mendoza lo apresó a partir de datos de Interpol que hacían referencia a su presencia en la provincia. Después de varios seguimientos y a partir de una orden librada por el juez federal local Walter Bento, lo capturaron. Cuando los pesquisas allanaron la habitación 607 del hotel 4 estrellas dieron con pasaportes falsos, 200 gramos de cocaína y documentación acerca de compra de vinos.
Al parecer Ben-Ivgi había llegado a la provincia para hacer negocios con una bodega de Guaymallén; se presentó como intermediario para alquilar la bodega y producir vinos para enviar a Israel.
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El brutal crimen del taxista Derek Roth en 1994 causó una gran conmoción social en el país. Nadie podía entender cómo dos chicos de familias acomodadas mataron a una persona a partir de una simple apuesta. El tema planteó un debate en la sociedad acerca de la violencia, de la educación y de los valores de los jóvenes.
Los dos chicos fueron apresados a los minutos de haber matado al taxista. En 1996 resultaron condenados a 16 años de prisión. En 2002, por su buena conducta, Ben-Ivgi logró salidas transitorias, pero en una de ellas, junto con un cómplice, asaltó un almacén y una joyería, por lo que Suprema Corte israelí consideró grave la reincidencia y ordenó su inmediata detención: pero cuando lo fueron a buscar, el joven, de por entonces 22 años ya no estaba en el país. Su foto pasó a la página de Interpol como un peligroso delincuente buscado.
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El 17 de mayo de 2010, por orden del juez mendocino Bento, Ben-Ivgi fue a parar a la cárcel de Boulogne Sur Mer de Mendoza. Se esperaba que la extradición fuera rápida pero no sucedió así ya que el proceso duró más de tres años.
"Cuando llegó a la cárcel lo primero que les dijo a las autoridades fue: 'Ni se piensen que yo voy a comer la comida de los presos; yo como comida kosher; como tampoco voy a beber el agua de acá; yo tomo agua mineral'", contó una fuente penitenciaria a este diario.
De hecho, todo ocurrió así; en los más de tres años que Ben-Ivgi estuvo en la cárcel de Boulogne Sur Mer, nunca comió la comida para internos. "Todos los jueves, un grupo de israelíes le acercaba al penal viandas con comida judía, gaseosas y botellones con agua mineral", siguió la misma fuente.
En cuanto a lujos, el calabozo del preso israelí se destacaba de los demás por sus electrodomésticos de última generación. Ben-Ivgi contaba con heladera con freezer, microondas y un televisor plasma.
Se llevaba muy bien con el resto de la población penal, que lo respetaba a partir de los lujos que él demostraba; además Ben-Ivgi proveía a algunos internos de tarjetas telefónicas y de comida, que es un modo de contar con protección en cualquier dependencia carcelaria del mundo.
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Se sabe que Moshe Ben-Ivgi abandonó Israel como un pasaporte falso. Pero no se sabe bien por dónde estuvo entre 2002 y 2004 hasta octubre de ese año, cuando fue detenido en Argentina.
Lo atraparon en el partido de Moreno (Buenos Aires) junto con dos compatriotas más; tenían 20 mil dólares, armas y estupefacientes. La justicia de Israel celebró su detención y pidió su extradición por el caso del homicidio del taxista Roth.
Para entonces había grandes sospechas de que el buscado, de 24 años de edad, tenía fuertes contactos con Aberg'il, un grupo mafioso israelí con contactos en Argentina.
El caso recaló en el juez federal Claudio Bonadío, quien tenía intenciones de deportar al buscado pero por fallas en el proceso no lo pudo hacer. De ese modo, Ben-Igvi consiguió 25 mil dólares para pagar su fianza y dejó el penal de Marcos Paz donde se encontraba detenido para salir en libertad mientras seguía ligado al proceso. Pero Moshe lo hizo de nuevo y cuando lo fueron a buscar, no estaba. Hasta que en 2010, con documentación falsa, volvió a caer en Mendoza.
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No existe entre la Argentina e Israel un acuerdo vinculante, por lo que la extradición de Ben-Ivgi se aprobó pero con una condición: que no cumpliera la pena por el homicidio del taxista ya que lo cometió cuando era menor de edad, y por lo tanto es inimputable para la ley argentina: pero sí por el asalto que cometió en una de sus salidas transitorios en su país.
Pero entonces hubo un error procesal que impidió la extradición cuando el israelí estaba preso en Buenos Aires. La solicitud que se había hecho desde la justicia israelí estaba firmada por el jefe de fiscales y no por un juez, como lo exige la legislación argentina.
Enterado de esta anormalidad procesal, el abogado de Ben-Ivgi elevó una queja y la Corte Suprema argentina declaró nulo el pedido de extradición.
Ahora, con estos nuevos delitos, a la Justicia Federal de Mendoza por fin le llegó el pedido de extradición y el jueves fue firmado por Moshe Ben-Igvi, quien ya debe estar en Buenos Aires.
Ese jueves por la tarde se despidió de sus compañeros de encierro y mientras esperaba el furgón de traslado, el sujeto se veía sentado, mandando mensajes de texto desde su teléfono celular.
