Con un escenario mundial convulsionado por el coronavirus, las restricciones que la pandemia obliga a tomar y los efectos que esto está teniendo en la economía (ver aparte), los exportadores mendocinos avizoran que habrá una caída en las ventas al exterior. Sólo en algunos sectores parece haber un repunte en la comercialización, mientras en la mayoría ya hay demoras por la recesión económica y las complicaciones de logística.
El gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, Mario Bustos Carra, planteó que el Covid-19 va a tener impacto negativo porque se ha producido una caída mundial en el consumo y esto va a afectar sobre todo a las economías agroindustriales.
Sin embargo, sí están observando que algunos mercados adelantan pedidos de productos alimenticios, como desecados, conservas y aceite de oliva. De todos modos, resaltó que no es significativo y que son más los pedidos que se están demorando, por lo que el balance es negativo.
Bustos Carra indicó que, como se trata de una situación inédita, ya han propuesto al gobierno nacional que extienda los plazos para pagar las retenciones, porque tal como en Argentina está habiendo dificultades para realizar algunos pagos, también ocurre en los países de destino de las mercaderías.
Mario Lazzaro, gerente de Promendoza, informó que la semana pasada hubo una cantidad importante de despachos, que se hicieron con normalidad. Pero también reconoció que algunas empresas han recibido cancelaciones de órdenes.
La situación, detalló, varía según el perfil de la empresa exportadora. Los servicios basados en el conocimiento, que ya mostraban un crecimiento, pueden tener nuevas oportunidades. Las manufacturas de origen industrial probablemente tengan postergaciones, particularmente las que tienen como destino Brasil, y las de origen agropecuario se están embarcando las que ya se habían vendido. La metalmecánica, por su parte, se ha visto afectada por la caída en el precio del petróleo.
En cuanto al vino, Lazzaro indicó que en Estados Unidos la venta importante es para el segundo semestre, con el Día de Acción de Gracias, Halloween, Navidad, por lo que es de esperar que lo más fuerte de la pandemia haya pasado. En cambio, se mostró menos seguro de lo que pueda ocurrir con Europa, ya que el Reino Unido, Italia, Francia y España tendrán un impacto en su productividad.
“No podemos decir que vaya a ser un año optimista, pero cuando haya pasado el problema, y se hayan resuelto las dificultades de logística, puede ser que se reactiven las órdenes”, auguró.
Guillermo San Martín, gerente general de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen), señaló que no han tenido impacto en las exportaciones todavía. Pero añadió que se teme que la cuarentena diferencial que está aplicando Brasil pueda llegar a tener algún efecto económico.
Pese a eso, subrayó que el ajo es un alimento que refuerza el sistema inmunológico, un antibiótico natural. En este sentido, es de esperar que países con mucha cultura de consumo, como Brasil, lo refuercen. Entonces, podría incrementarse la demanda del ajo colorado del Valle de Uco, que es uno de los que más concentración de sustancias beneficiosas para la salud tiene. De hecho, desde hace meses, los stocks de ajos bajaron mucho en Europa, porque incrementaron la compra los países nórdicos.
Raúl Aruani, gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), comentó que lo poco que se está exportando tiene como destino Brasil, pero a un ritmo muy bajo por la demora que sufren los camiones al cruzar municipios y provincias. Y también producto de la devaluación que ha tenido el real.
En cuanto al panorama futuro, se mostró preocupado por la posibilidad de que el mercado interno se resienta por la caída de poder adquisitivo de la gente, vinculada al aislamiento preventivo. Si esto ocurriera, sumado a una baja de las exportaciones, podría haber dificultades para el sector. Por lo pronto, ya están colocando la fruta en cámaras frigoríficas a la espera de que el panorama mejore.
Francisco Do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina, explicó que la semana pasada hubo problemas con aduana, porque originalmente no estaba clara la normativa y se entendió que sólo tenía que funcionar para la exportación de productos perecederos. Sin embargo, este lunes se aclaró que debían hacerlo con cualquier mercadería.
También coincidió en plantear dificultades logísticas para el traslado del producto terminado de la bodega al centro de distribución, ya que las provincias y los municipios ponen barreras, pese a la resolución del Ministerio de Transporte de la Nación, que habilita a llevar mercaderías. Y estos obstáculos, indicó, les toman tiempo.
Sobre los mercados externos, Do Pico consideró que es muy prematuro para sacar conclusiones. Hay casos de suspensión de pedidos, pero no es extendido ni se puede hablar de una crisis.
Al igual que ocurre con el sector frutícola, el vitivinícola también mira al mercado interno y lo que puede ocurrir con el consumo si las restricciones afectan los ingresos de las familias; sobre todo en las bodegas que elaboran vinos de mesa o genéricos. Además,
Do Pico señaló que en los próximos días se deberá dar una discusión sobre el precio, ya que ha pasado en dos meses de $ 8 a $ 14, pero ese aumento no se ha reflejado en las góndolas, pero podría haber dificultades con el congelamiento.