Exportaciones de vinos: el gobierno nacional contra Mendoza

Una situación preocupante se ha planteado durante el año en curso relacionada con las exportaciones de vinos. Sucede que después de mucho tiempo -más de dos décadas- en que las cifras daban un aumento constante, ahora aparecen los números en rojo. Todo ge

Exportaciones de vinos: el gobierno nacional contra Mendoza

Las exportaciones de vinos argentinos habían venido alcanzando durante más de dos décadas un crecimiento del orden de los dos dígitos anuales. Sin embargo, en los últimos tres años se ingresó primero en una meseta y ahora en un descenso.

No se trata de un problema generado por la industria sino por medidas económicas implementadas por el Gobierno nacional que afectan directamente a las economías regionales, ante el silencio complaciente de los gobernadores provinciales que mantienen el silencio o no plantean la situación con la seriedad y profundidad que la situación exige.

Esto puede llegar a tirar por la borda todo el trabajo realizado por la industria vitivinícola argentina desde mediados de la década de los años ‘80 a la fecha. En aquella oportunidad la Argentina era conocida como un país gran productor de uvas, pero de escasa calidad, sólo para el mercado interno.

Por diferentes factores, como los cambios en los hábitos de vida o el ingreso masivo de las bebidas sustitutas, el mercado interno comenzó a caer y los empresarios debieron comenzar a mirar a los consumidores del exterior.

Fue un trabajo arduo, difícil, consistente en la reconversión de viñedos y la incorporación de tecnología en bodegas para mejorar los caldos; participar en las ferias internacionales y con las medallas obtenidas comenzar una incipiente inserción en los mercados. Los resultados fueron notables.

De los pocos miles de dólares que se exportaban hasta 1987, se pasó a cifras que superan los mil millones de dólares anuales. Fue necesario inclusive establecer un plan estratégico de veinte años, a los efectos de establecer qué criterios aplicar para continuar con ese crecimiento.

Sin embargo, todo ese esfuerzo comenzó a sufrir las consecuencias de malas políticas económicas nacionales: el dólar desfasado y la inflación creciente provocaron una importante pérdida de competitividad a los productos vitivinícolas.

Así, los vinos fraccionados en botellas mostraron una caída del 0,5% en el acumulado enero-setiembre de este año; los vinos envasados en tetra cayeron el 23,3%, los de otros envases, como bag in box y damajuanas, un 22%, lo que genera una merma general para los fraccionados del 2,9%. En general, las exportaciones de productos vitivinícolas dejaron como saldo una reducción del 4,4% en valor y del 18,9% en volumen.

Las soluciones no aparecen. No hay reducción en las retenciones por exportaciones, no se aplica un dólar diferencial y tampoco se ha modificado el problema del transporte, que provoca que salga más caro llevar un contenedor desde Mendoza a Buenos Aires, que desde el puerto de Buenos Aires hasta Estados Unidos.

De una vez por todas, los gobernadores de las provincias afectadas deben actuar en consecuencia. Si no lo hacen, los problemas se multiplicarán y ya se están viendo las consecuencias: los productores trabajan a pérdida, mientras están en el límite decenas de miles de puestos de trabajo tanto de obreros de viñas como de bodegas.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA