La transición de la decepción por lo ocurrido en el Mundial de Rusia 2018 con la Selección a la dinámica local, la del fútbol argentino, necesitaba un golpe de efecto como el de ayer: Mauro Zárate, que hace pocos días había confirmado su continuidad en Vélez, arregló su pase a Boca.
El delantero de 31 años que jugó la pasada temporada en el Fortín tras su paso por el Al-Nasr de Emiratos Árabes, disputó 13 partidos y convirtió 8 goles en la Superliga Argentina.
Cuando todo parecía indicar que permanecería en el club donde surgió, el jugador abandonó ayer por la mañana la Villa Olímpica una vez que su nuevo representante, Cristian Bragarnik, le confirmó la concreción del nuevo vínculo.
Una noticia que golpeó fuerte en el mundo de Vélez. Los hinchas mostraron su repudió hacia el jugador en las redes sociales quemando camisetas con su nombre y hasta autógrafos del jugador. Zárate publicó una carta en su cuenta de Instragram pidiendole perdón a los hinchas y explicando que esta decisión es extrictamente deportiva.
Días atrás el propio jugador había confirmado su continuidad e incluso le habían preparado un contrato por los próximos tres años, recuerda aún las palabras del jugador apenas ocurrió su regreso al club de Liniers, adonde retornó en enero pasado para afrontar la pelea por no descender, lo que finalmente ocurrió. “Desde los dos años que voy a ver a mi hermano a ese club, a los ocho empecé a jugar, le tomás un cariño y un amor que es como tu segunda casa. River me quiso, pero acá sólo juego en Vélez”, sentenciaba entonces el futbolista.
Así las cosas, finalmente Zárate jugará la próxima temporada en Boca, club con el que afrontará el desafío máximo de ganar la Copa Libertadores.