No fue una prática más. De ninguna manera. Por la forma y por el fondo. En el último entrenamiento en Belo Horizonte previo al partido contra Paraguay Scaloni no sólo movió el tablero: además, en el cierre, tuvo una enérgica charla con los jugadores.
En la que además pidió la palabra el capitán Messi y en la que también hablaron Otamendi y dos de los históricos que dejarán el equipo: Agüero y Di María. Si se quiere, una cumbre inédita en su concepción y en su desarrollo.
Sin dudas, se trata de una charla que puede marcar un antes y un después. Por los cambios en general, pero por esta reunión pesada en particular. Por empezar, la cumbre tuvo varios matices, que puede llevar a varias lecturas.
Primero arrancó Scaloni, luego se metió Messi y el capitán, en su desarrollo, hizo participar a Fideo y al Kun.También Otamendi, el otro referente del plantel, sumó su voz.
Como fuere, el tono con el que expresó el entrenador fue intenso. Y decidido. Al igual que las intervenciones de Messi, quien pidió hablar mientras lo hacía el entrenador. Acaso ateniendo a lo que se juega Argentina mañana: otro partido de quiebre, de situación límite, como pasó con Nigeria en el Mundial. Incluso, que se haya dado después el entrenamiento puede haber generado, también, algún análisis de cómo fue la práctica.
Quizás de aquella situación tan traumática que se vivió en Rusia 2014 se haya llegado a esta charla en conjunto, que duró 40 minutos, y que fue posterior a los cambios que ensayó Scaloni. De hecho, la cumbre duró más que el entrenamiento de fútbol en sí. Una apuesta fuerte del DT. Una charla pesada con los jugadores. Ante Paraguay, a todo o nada.