La gente acompañó desde temprano. La familia volvió a la cancha a alentar como en aquellas épocas gloriosas. Nadie quería perderse este partido, todos querían estar presentes para darle a San Martín ese empuje que necesita el equipo para llegar a cumplir el sueño de todo un pueblo: el ascenso.
Por eso no extrañó lo apoteótico del ingreso. Los celulares y las bengalas fueron las vedettes de la entrada del equipo y todos decían lo mismo: este equipo se merece algo más.
Por eso el equipo respondió a la medida del recibimiento y rápidamente hizo delirar a su gente con tres goles en menos de 45 minutos. Era una fiesta y parecía que nadie podía empañarla.
El final fue todo de los hinchas, ya que iluminaron el cielo esteño con fuegos de artificio para despedir al equipo y demostrarle que ahora se tiene que jugar la vida por esos colores.
El martes, la revancha
Esta llave se terminará pasado mañana, cuando el martes a las 17 el Chacarero visite a Unión Santiago, en Santiago del Estero.
Los antecedentes de lo que pasó con Huracán de San Rafael, tanto dentro como fuera de la cancha, hacen que este partido sea de extremo riesgo, pero este León viene entonado y con ganas de volver a ser lo que alguna vez fue.
La vuelta sin el capitán
El partido estaba 4-0, controlado y con un Unión Santiago que no lastimaba, pero llegó una jugada trascendental: Damián Bastianini cometió una fuerte infracción que le valió la segunda tarjeta amarilla.
De esta manera Sergio Busciglio no sólo perdió a uno de los referentes del equipo, sino que le permitió a la visita llegar al descuento.
De cara al partido de vuelta, Lucas Guerrero se perfila como titular.