Los camiones sin conductores ahorrarán costos, reducirán las emisiones tóxicas y mejorarán la seguridad en las rutas, pero también generarán la pérdida de hasta 4,4 millones de empleos en los próximos 13 años, por lo que los gobiernos deben trabajar en políticas que gestionen la transición hacia la automatización para evitar conflictos sociales, sentenció hoy un informe del Foro Internacional del Transporte (FIT), que integra Argentina.
"El uso de camiones sin conductor podría consolidarse en muchas carreteras en los próximos 10 años. Los camiones de conducción autónoma ya operan en entornos controlados como puertos o minas", afirmó José Viegas, secretario general de la FIT, organización de la cual participan 57 países para abordar la situación de todo tipo de transporte.
El organismo, que actúa como un thinktank de políticas, organiza una cumbre anual de ministros del sector, que ahora se está desarrollando en Alemania.
Asimismo, los camiones de conducción autónoma "podrían dar respuesta a la falta de transportistas profesionales. No obstante, de acuerdo con un escenario posible, podrían reducir la demanda de transportistas entre un 50 % y un 70 % en los Estados Unidos y Europa antes de acabar 2030, con la consiguiente desaparición de hasta 4,4 millones de empleos sobre una previsión de 6,4 millones de profesionales del transporte por carretera", agregó el estudio de la entidad internacional.
El FIT recomendó a los gobiernos, para gestionar el cambio hacia el transporte sin conductores, instaurar un consejo asesor de transición que oriente sobre cuestiones laborales y crear un sistema de permisos temporales para acompañar el ritmo de adopción de esta tecnología.
También sugirió establecer, a escala internacional, estándares, normas de tráfico y normativas de vehículos para los camiones de conducción autónoma, e instó a continuar con los proyectos piloto con camiones sin conductor para poner a prueba los vehículos, la tecnología en red y los protocolos de comunicaciones.
"Se están efectuando pruebas en carretera abierta en muchas regiones, como los Estados Unidos y la Unión Europea. Los fabricantes están invirtiendo grandes sumas en la automatización y son numerosos los gobiernos que revisan activamente sus normativas. Prepararnos ahora para el potencial impacto social negativo de la pérdida de empleos reducirá los riesgos en caso de una transición rápida", resaltó el presidente de la FIT.
El informe se dio a conocer hoy, durante el inicio del foro que se extenderá hasta el viernes próximo en Leipzig, Alemania, del cual participa el ministro de Transporte de Argentina, Guillermo Dietrich, y cuyo lema es "Gobernanza del Transporte".
Allí, el funcionario argentino y su par ruso, Maxim Sokolov, acordaronactualizar el acuerdo bilateral aéreo para lograr mayor conectividad entre ambos países, y de esta forma poder implementar el acuerdo de código compartido entre Aerolíneas Argentinas y Aeroflot, lo que permitirá que muchos de los argentinos que viajen a Rusia para el Mundial de Fútbol de 2018, lo hagan a través de la aerolínea de bandera.
El trabajo sobre camiones sin conductor fue elaborado conjuntamente por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte y la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), de la cual es parte la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, en un proyecto dirigido por el FIT, una organización intergubernamental con sede en París, Francia,y adscrita a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Erik Jonnaert, titular de ACEA, destacó que "la cuestión de los camiones automatizados no se circunscribe a la esfera nacional, porque deberían poder cruzar las fronteras sin problemas".
"Necesitamos estándares, legislación y procesos de ámbito internacional para introducir en las normas de tráfico las excepciones pertinentes para los camiones de conducción autónoma. De lo contrario, corremos el riesgo de enfrentarnos a una amalgama de normas y reglamentos que podría disuadir a fabricantes y usuarios de la carretera de invertir en este tipo de vehículos", afirmó el directivo.
Por su parte, Christian Labrot, presidente de la IRU -entidad gremial a la que están afiliadas una veintena de asociaciones argentinas-valoró "los beneficios que aportan los camiones autónomos a la sociedad", pero alertó que los transportistas "deberán pasar por un reciclaje formativo en un futuro y que debemos seguir atrayendo a profesionales al transporte por carretera. Tenemos que trabajar todos juntos por una transición sin contratiempos hacia la tecnología sin conductor".