Las primarias provinciales de hoy tienen un sabor especial para el Gobernador. Cornejo comienza a poner a consideración de la ciudadanía su gestión. Más allá de las características de gran encuesta que tiene toda PASO, es muy importante ver qué postura adoptan los votantes con respecto a quien ejerce la conducción del Estado y a quienes aspiran a la alternancia a partir de diciembre.
El desafío para el titular del Ejecutivo es importante. En gran medida pone en juego un alto cupo de su liderazgo político, no sólo por la interna que planteó Omar De Marchi sino, fundamentalmente, porque la gran preocupación del cornejismo gobernante durante muchos meses fue lograr diferenciar la gestión local de la nacional. Cornejo, ya se ha dicho, supo ser un aliado indispensable para el Presidente y su equipo. Exponente de un radicalismo que hizo valer su estructura y poder territorial para sostener la candidatura de Macri y llevarla al poder. Pero a partir de la asunción como titular de la UCR nacional, el mendocino comenzó a poner distancia con el poder central al advertir que las diferencias que planteaba la política económica de la Nación, junto al impacto tarifario de los servicios públicos, hacían cada vez más notoria la preocupación general de la población por esa situación y en muchísimos casos un explícito mal humor en sectores sociales que habían apoyado abiertamente el cambio propuesto por el macrismo y sus aliados en 2015.
La ley electoral provincial vigente dio paso a un oportuno desdoblamiento de las fechas de elecciones que permite diferenciar la valoración de lo realizado en la provincia de lo que es de exclusiva incumbencia del gobierno nacional. De todos modos, no es menor el detalle de que el calendario provincial haya quedado inserto en el nacional, puesto que la elección formal de gobernador se concretará entre las PASO nacionales de agosto y las presidenciales de octubre, con todo lo que significa el humor social que pueda existir en esos momentos hacia el gobierno del presidente Mauricio Macri.
Cornejo anhela que hoy su hombre llamado a sucederlo, el intendente Rodolfo Suárez, coseche la mayor cantidad de votos para pasar a ser oficialmente el candidato de Cambia Mendoza en setiembre.
Aunque con distinta impronta con respecto a cómo ejercer el poder, el jefe capitalino se ha transformado en un fiel intérprete de la gestión cornejista, a la que respeta a rajatabla por el orden administrativo que implementó y por lo que él y el radicalismo en general destacan como la necesaria acción del Estado para garantizar la función judicial, la seguridad, la salud y la educación.
En cambio, Omar De Marchi, el competidor de Suárez, y de Cornejo, en esta instancia, necesitó justificar su presencia en la interna del oficialismo marcando claras diferencias en aspectos puntuales de la gestión, en especial en seguridad. Ha sido muy elogioso del orden en las cuentas públicas provinciales que generó Cornejo luego del crítico panorama recibido de la gobernación de Francisco Pérez, pero en todo momento en la campaña buscó apostar a algo más en cuanto a la calidad del servicio educativo y al interés que se puede tener desde el Estado para contribuir a generar más empleo en el sector privado, entre otros aspectos con los que buscó diferenciarse.
Fue muy hábil De Marchi en sumarse a la estrategia de no referenciarse demasiado en el gobierno nacional, más allá de ser quien encabeza en la provincia el partido de Macri y de coincidir ideológicamente con la esencia del Pro.
Por ello, aun no imponiéndose en esta jornada electoral, como muchas encuestas coinciden, Omar De Marchi parece haber ganado presencia, para él y sus dirigentes, en los espacios sobre los que se deberá conversar en Cambia Mendoza en caso de volver a ser gobierno en la provincia. Se nutrió, básicamente, de dirigentes radicales alejados del cornejismo y de demócratas que en más de una oportunidad chocaron contra el estilo de gestión de Cornejo o disintieron con pretensiones del jfe del Ejecutivo en temas siempre sensibles entre buena parte de la dirigencia política de Mendoza, como la reforma política o la constitucional.
Si la suma de votos entre Suárez y De Marchi se consolida en alrededor del 45% y triunfa en intendente de la Capital, el cornejismo expresará su satisfacción y arrancará con buen respaldo la campaña hacia la elección general.
Por el lado del justicialismo, atrae la indudable paridad entre sus dos precandidatos que marca la totalidad de las encuestas. La fórmula que encabeza Alejandro Bermejo, surgida del acuerdo partidario promovido por la conducción local del PJ, pretende mantener viva la antigua mística del peronismo provincial. Junto a los cuatro restantes intendentes que el PJ tiene en la provincia constituye una convergencia de “caciques” territoriales más que respetables, que en la reciente elección municipal desdoblada le confirmaron una vez más al cornejismo lo difícil que significa pretender penetrar en reductos tan consolidados por ellos.
Posiblemente, en poco tiempo la Suprema Corte les indique a estos referentes tan afirmados en sus departamentos que las reelecciones ya no serán más indefinidas y que deberán generar con más dinámica cuadros dirigenciales capaces de ejercer el poder periódicamente y no cuando al líder de turno se le ocurra dejar su sitial.
En el radicalismo y sus aliados provinciales también hubo ejemplos de continuidad que, sin embargo, debieron abortar esta vez a partir de la decisión de Cornejo de decretar la enmienda constitucional que limitó a una reelección la continuidad en el cargo de los jefes departamentales.
Como fuerte competidora de Bermejo aparece Anabel Fernández Sagasti, gran allegada a la ex presidenta Cristina Kirchner y clara referente de los sectores K del peronismo mendocino. Su postulación ya estaba lanzada antes de que asumiera la conducción partidaria Guillermo Carmona, que condujo a la precandidatura de Alejandro Bermejo.
La joven dirigente y su equipo supieron ampliar la base de sustentación que tenían y abrieron la puerta a dirigentes de trayectoria, no necesariamente identificados antes con el kirchnerismo, capaces de traccionar en departamentos gravitantes en cualquier elección. Alejandro Abraham en Guaymallén y Guillermo Amstutz en Las Heras son dos claros ejemplos. Además, Jorge Tanus como precandidato a vicegobernador aporta una rica trayectoria partidaria y en la función legislativa.
Este sector, como el de De Marchi en Cambia Mendoza, está llamado a dar el batacazo de la jornada electoral en caso de ganar. Para Unidad Ciudadana sería de gran impacto en el país lograr destronar en Mendoza a una estructura de años del peronismo, aunque muy limitada en lo referente a liderazgos atractivos para la gente.
Por otra parte, la paridad que podría reflejar la elección de hoy entre las dos precandidaturas del frente liderado por el justicialismo arrojaría un porcentaje de votos interesante pensando en la pulseada definitiva por la Gobernación. Si se impone Bermejo habría que escuchar esta noche qué dice con respecto a su encolumnamiento nacional; no quedan muchas más opciones que la fórmula Fernández-Fernández, con más razón cuando hace pocos días el propio maipucino expresó públicamente su decepción con la fuerte reducción del espacio Alternativa Federal.
El resto de los partidos está llamado a buscar los votos que les permitan pasar a competir en las generales de setiembre. Hay dos fuerzas que a priori aparecen como favoritas para alcanzar ese lugar: Protectora y el FIT. La izquierda fue la tercera fuerza que compitió por la gobernación en 2015 contra las fórmulas que en esa oportunidad encabezaron Cornejo y Adolfo Bermejo. Aunque aquella vez el FIT dejó atrás las primarias con un porcentaje mínimo en comparación con los dos grandes competidores, pudo terciar y mantener la fidelidad de sus votantes. Ese es su desafío mayor hoy.
En cuanto al partido que lideran Ramón y Vadillo, los sondeos indican que estarían lejos del sorprendente porcentaje que obtuvieron en las legislativas pasadas, cuando hicieron su presentación en sociedad, pero todavía con el sello del Partido Intransigente.
Ramón fue bastante codiciado por dirigentes del peronismo para sumarlo en el actual proceso electoral, pero no hubo entendimiento y la idea no prosperó.
Como en el fútbol, unos compiten por clasificarse para jugar la gran final y otros por no perder la categoría.
además de esperar el triunfo de suárez ante de marchi, cornejo mirará con atención la diferencia global con el pj.