Expectativas políticas y económicas

Las expectativas económicas y las políticas están muy relacionadas entre sí.

Expectativas políticas y económicas
Expectativas políticas y económicas

De qué manera las expectativas políticas influyen en las económicas y viceversa, es una de las cuestiones más interesantes del funcionamiento de la sociedad. Si bien no hay duda de la profunda interrelación entre ellas, no siempre es fácil entender el orden de causalidad entre unas y otras.

Es importante tener en cuenta que en economía los agentes económicos toman sus decisiones sobre la base de la expectativas que tienen tanto del futuro cercano como del largo plazo. Esto ocurre tanto con las  empresas como con los consumidores. Así es que, por ejemplo, se miden índices como la confianza del consumidor, que indaga sobre las perspectivas de futuro y la forma en que asignaran sus gastos.

Estas discusiones han signado en los últimos meses ciertos temas. Así hay quienes sostienen que la situación de la economía será determinante en la próxima elección presidencial. El tipo de cambio, es decir el precio del dólar, la inflación, el poder adquisitivo del salario, tal como están jugarían en contra de las posibilidades de reelección del actual Presidente. Pero a su vez la posibilidad de un triunfo de la formula opositora Fernández-Fernández  parecería influir negativamente en las expectativas económicas.

En consecuencia no pocas veces se genera un círculo vicioso, ciertas expectativas políticas influyen negativamente en la economía y lo mismo ocurre a la inversa. Estos fenómenos que pueden considerarse universales en los países con renovación de los gobiernos con sistemas democráticos, se agudizan en extremos en nuestro país.

De manera que el condicionamiento entre ambas expectativas es tal que crea un estado de incertidumbre tan fuerte  que termina  produciendo una especie de parálisis o estancamiento de la economía a la espera de lo que pueda ocurrir en las elecciones. Ni hablar que en nuestro país esta situación de la relación entre las perspectivas políticas y las económicas provocan una constante salida de dólares del país. Dólares cuya magnitud asombra a quiénes miran la poca halagüeña situación de nuestra economía.

Desde el inicio del actual gobierno los factores económicos se mostraron reticentes en adoptar medidas favorables a la inversión productiva, porque dudaban de la continuidad del gobierno y de sus políticas y se mostraban “aterrados” por la posibilidad del retorno del que se había ido. La resultante ha sido que la inversión productiva, con excepción del sector agro industrial, ha sido casi inexistente, la prometida “avalancha” de inversiones se esfumó a medida que iba transcurriendo el periodo de gobierno.

Ahora ya metidos en pleno proceso electoral, con la particularidad del desdoblamiento de las elecciones provinciales de las nacionales, pareciera que despuntan algunos factores positivos que permitirían al país superar el lamentable círculo vicioso negativo que tanto daño ha producido.

De un lado la sorpresiva decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de no postularse a la presidencia, como todos suponían, y colocar a Alberto Fernández como candidato y ella como vice, parece tener en buena medida fundamentos en la preocupación de ella del efecto negativo que producía sobre las expectativas económicas. Este giro sorpresivo parece ser visto en estas semanas como positivo (o menos negativo) por los agentes económicos.

Ahora concluido el plazo para formalizar las alianzas, con la también sorprendente decisión del presidente Macri de postular como su vice al destacado senador peronista Miguel Angel Pichetto y la concreción de la alianza que lleva la fórmula Lavagna-Urtubey, hay indicios de importantes cambios en las expectativas económicas. Por cierto en un país de humores tan cambiantes como el nuestro todo debe tomarse con cuidado y esperar el resultado electoral, del que estamos lejos.
De cualquier manera llama la atención un informe económico sobre la evolución de los

indicadores bursátiles, luego de la designación de Pichetto, que arroja el sorprendente dato de que la valuación de las empresas cotizantes habría aumentado nada menos que US 5.000 millones. Esto implicaría un enorme vuelco favorable de las expectativas económicas como consecuencia de cambios en las expectativas políticas. Como muchos, hacemos votos para que este cambio se consolide.

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