La Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (Attta) y la Fundación Huésped publicaron un estudio cualitativo acerca del impacto de la ley de Identidad de Género y otro cuantitativo vinculado con las condiciones de vida de las personas trans. En el mismo se analiza el acceso a la salud, la vivienda, la educación y el trabajo que tienen las personas que cambian de sexo.
La investigación, según la cual en la Argentina la expectativa de vida de las personas trans es de 35 años, fue publicada porque hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.
La población trans “aún se encuentra en una situación de vulnerabilidad debido al estigma y la discriminación” ya que si bien la sanción de la ley es un paso muy importante, los cambios sociales serán más lentos. “Tenemos que trabajar en la sensibilización de la sociedad general”, sostuvo Marcela Romero, presidenta de Attta.
La campaña
Conocida la situación del colectivo, ambas ONGs lanzaron la campaña “Expectativas” para “visibilizar la vulnerabilidad de esta población”.
La expectativa de vida de las personas trans es de 35 años, constituyendo el estigma, la discriminación, la falta de acceso a la educación, la salud, la vivienda y el trabajo “factores que reducen la esperanza de vida a la mitad de la de la población argentina”, resaltaron las organizaciones.
“Me resultó muy impresionante el dato sobre la expectativa de vida de una persona trans. Por eso busqué una campaña que tuviera el mismo impacto. La idea muestra el absurdo que representa que una persona reduzca su expectativa de vida a la mitad sólo por elegir una identidad de género diferente a su sexo biológico”, explicó Juan Frontini, director creativo de la campaña.
Martín Levi, fotógrafo de la campaña realizada por Oruga Cine, explicó que las protagonistas trans miembros de Attta fueron muy valientes “porque tuvieron que recrear a alguien que ya no son”. Agregó: “Fue fuerte para ellas y a nosotros nos ayudó a entender cuán importante es el derecho a la identidad”.
El estudio
De la encuesta participaron 498 personas trans, de las cuales 452 son mujeres y 46 son hombres, de siete regiones del país: Ciudad de Buenos Aires, conurbano bonaerense, región Pampeana, Noroeste, Noreste y Patagonia, explicó Inés Arístegui, coordinadora de Monitoreo y Evaluación de Huésped.
En el ítem salud, el estudio reveló que 7 de cada 10 personas se atienden en el sistema público de salud, ámbito en el que 8 de cada 10 sufrieron situaciones de discriminación debido a su identidad antes de la sanción de la ley.
Sin embargo, este número disminuyó a 3 de cada 10 personas luego de la promulgación de la norma.
En cuanto a la educación, “la deserción es alta”, pues entre los mayores de 18 años, 6 de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 hombres trans abandonaron en el nivel secundario. “La mitad de los encuestados refirieron que el motivo fue la discriminación sufrida” por su identidad de género, según el trabajo, que observó una reducción de estas experiencias “a menos del 20%”, tras la legislación.
También el nuevo marco legal posibilitó que ahora 1 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 hombres trans retornaran al sistema educativo.
“La precariedad laboral es una de las características que afecta a la población”, según determinó el informe, que además reveló que la ley produjo “la búsqueda de trabajo en el ámbito formal y que 3 de cada 10 mujeres y 6 de cada 10 hombres retomarán la búsqueda de trabajo”.