La locura comenzó el 6 de agosto con la conquista de la tercera Libertadores y según pasaron los meses la llama no hizo más que avivarse. Muchos prometieron viajar con River Plate a su primer Mundial de Clubes y ahora se esperan, según el club, 15.000 hinchas en Japón.
Antes, Los Millonarios salieron campeones de la Intercontinental -predecesor del Mundial de Clubes- en 1986 y perdieron la final 20 años más tarde.
Desde entonces, una travesía de casi dos décadas que incluyó el descenso de categoría en la temporada 2011-2012. Luego, del infierno a la gloria en 3 años.
La resurrección del equipo, que alcanzó su cima en el estadio Monumental con la victoria ante el Tigres de México, supuso una increíble inyección de euforia para La Banda, como se conoce a la hinchada de Los Millonarios.
Aquella noche de agosto se celebró el triunfo con banderas de Japón y cánticos que avisaban del primer viaje del equipo al Mundial de Clubes.
"Y sí señor, de la mano del Muñeco (Gallardo, el entrenador) nos vamos a Japón", se convirtió en el emblema de la conquista.
Luego el equipo pagó el esfuerzo y no ha vuelto a parecerse al grupo que se convirtió en una máquina de ganar eliminatorias entre 2014 y 2015 (Copa Sudamericana-Libertadores).
30 horas de avión
Pero la promesa del viaje asiático permaneció intacta. Desde la semana pasada han llegado grupos de hinchas que imitan a la expedición oficial, pasan unos días en Tokio antes de viajar a Osaka para la semifinal del 16 de diciembre, ante el vencedor del Mazembe-Sanfrecce Hiroshima.
Acudir a Japón supone un esfuerzo inmenso. No solo es el precio del viaje y la estancia, son las mínimo 30 horas de avión desde Argentina, haciendo escala en Europa -la opción más frecuente-, en cada uno de los dos desplazamientos.
River cuenta además con otras filiales que se han organizado para viajar desde España, Italia o Australia.
Como aperitivo, el equipo recibió el pasado domingo en Buenos Aires una despedida difícil de olvidar.
Miles de aficionados tomaron las carreteras para alentar al paso del autobús en el trayecto de 40 kilómetros entre el estadio Monumental y el aeropuerto de Ezeiza.
'Una euforia muy linda'
"Fue algo único. La gente está con una euforia que es muy linda y que te llega. Tenemos una responsabilidad grande de salir a la cancha, demostrar lo que es River y que la gente, los que vienen y los que no, se sientan orgullosos", señaló el uruguayo Carlos Sánchez.
"Por muchos que vengan juegan 11 y a este nivel los jugadores están acostumbrados a jugar con presión a favor y en contra. Siempre es más agradable jugar con afición a favor, pero me a da mí que en Japón habrá mucho culé", replicó este viernes en rueda de prensa Luis Enrique, el técnico del Barcelona, al que se podría enfrentar River en la final del 20 de diciembre.
Lo cierto es que la diferencia con el resto de hinchadas es abismal. En Japón se esperan unos 1.500 aficionados al Barcelona y cerca de 900 del América de México.
En su nuevo viaje a Japón (allí jugó las Intercontinentales), River será esta vez una legión. Como premonición, la victoria en agosto en la Copa Suruga en el Estadio Nagai, el mismo en el que jugará en cuartos el miércoles.