“Si quiere que el municipio castre a su mascota, toque bocina”, rezaba uno de los carteles que en la mañana de ayer invadieron la plaza San Martín e interpelaron a los conductores que circulaban por el centro tupungatino. La mejor manera de homenajear a los animales que encontró la asociación ‘A cara de perro’ en Tupungato fue reclamar para que se cumplan sus derechos.
Con una bulliciosa manifestación en la vía pública y una extensa lista de firmas reunidas entre conductores y transeúntes, la gente de esta entidad protectora pidió a las autoridades del departamento que se cree un quirófano municipal y un refugio para los perros abandonados.
“La población de animales callejeros está creciendo sin control, implicando un riesgo para la comunidad. Como lo tiene la mayoría de los municipios, en Tupungato también necesitamos con urgencia un sitio donde se realicen castraciones masivas”, interpeló Jésica Sabatini, una de las integrantes de la institución.
Este departamento valletano no cuenta con planes sistemáticos de sanidad y esterilización de animales domésticos. Esta situación -exponen desde la protectora local- ha contribuido al crecimiento de la población que pulula por las calles.
“En la plaza, hay un montón de perros abandonados. Hay quienes se van a sitios alejados del centro y los dejan ahí a su suerte. Por ejemplo, en el basural de Villa Bastías, un grupo se está criando de manera salvaje. Notamos que cada vez son más cuando vamos a darles comida”, explicó Sabatini.
Desde la organización señalan que la falta de una acción programada se puede volver en contra de la comunidad. “Crecen sin control reproductivo y sin ser desparasitados. La sarna puede ser un riesgo para la población”, apuntan. En un censo, que la entidad realizó por su cuenta el año pasado, sólo en el barrio Aeroclub -uno de los tradicionales que se encuentran en el sector norte- registraron a razón de tres perros por familia.
‘A cara de perro’ surgió hace unos cuatro años, por voluntad de un grupo de personas “animaleras” (como se califican) que veían la necesidad de comprometerse con la temática. En este tiempo, han conseguido un hogar a más de 400 perros abandonados, apostándose los fines de semana en las puertas de supermercados para ofrecerlos. También, a fuerza de sorteos y donaciones, alimentan y castran a todos los canes que pueden.
El pedido de un quirófano municipal no es nuevo. Al principio, les requerían tener la personería jurídica para formalizar el reclamo. El año pasado la consiguieron, pero igual siguieron presentando notas y petitorios sin mucho eco. “Cuando podemos, juntamos animales y los llevamos a Tunuyán y a otros los ha castrado el veterinario municipal en su consultorio particular”, apuntaron las chicas.
La movida de ayer surtió su efecto. Cerca del mediodía, mantuvieron una reunión con autoridades municipales y convinieron un plan de castración, que comenzará con cuatro cirugías por semana. “Empezaremos de a poco y la idea es evaluar el proceso para ir ampliando el beneficio a más animales, mientras vamos sumando infraestructura”, apuntó Juan Carlos Tempesti, secretario de Gobierno.