El negociador de la Unión Europea para el "Brexit", Michel Barnier, emplazó ayer sutilmente al Reino Unido para que aclare en dos semanas cuestiones sobre los derechos de ciudadanos, la frontera irlandesa y el acuerdo financiero.
Las cuestiones pondrían cierre a la primera etapa de las negociaciones sobre el divorcio entre Londres y Bruselas y entonces se podría pasar a la segunda fase en diciembre
En tanto la premier británica Theresa May ratificó en forma tajante que la salida de su país del bloque será "el 20 de marzo de 2019”.
"Mi respuesta es sí", dijo el francés Barnier en la rueda de prensa posterior a la sexta ronda de discusiones sobre la salida británica de la UE, al ser preguntado sobre si necesitaba esas aclaraciones en los próximos catorce días para recomendar a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete el inicio de las conversaciones sobre la futura relación con Londres.
En la cumbre del 19 y 20 de octubre, los líderes de los países que permanecerán en el club comunitario tras la salida británica acordaron iniciar los trabajos preparatorios sobre la segunda fase de las negociaciones y confiaron en dar luz verde a su inicio en el Consejo Europeo del 14 y 15 de diciembre.
De todas formas, en esa misma reunión celebrada el mes pasado en Bruselas los mandatarios de los Veintisiete comprobaron que no se habían producido los avances suficientes en los puntos prioritarios de la primera etapa.
Por su parte, el ministro británico para la salida de la UE, David Davis, descartó la creación de una nueva frontera dentro del Reino Unido, tras la propuesta de la Unión de que Irlanda del Norte permanezca dentro del mercado único y la unión aduanera para mantener abierta su frontera con la vecina República de Irlanda.
"Reconocemos la necesidad de soluciones específicas para las circunstancias únicas de Irlanda del Norte. Pero déjenme ser claro. Eso no puede dar lugar a la creación de una nueva frontera dentro del Reino Unido", afirmó el político.
Un documento comunitario revelado ayer por la cadena pública de la República de Irlanda (RTE) y elaborado por el grupo de trabajo de Barnier indica que para evitar una barrera física estricta, el Reino Unido debe permanecer en el mercado único y la unión aduanera o, en su defecto, permitir que sea Irlanda del Norte la que siga dentro de estos espacios económicos
"No hay duda de que se han logrado avances significativos", agregó Davis, respondiendo preguntas en una conferencia de prensa.También habló de un "cambio de ritmo" en las negociaciones, reiterando que el Reino Unido está "listo" para hacer lo que sea necesario para alcanzar el resultado requerido para diciembre
El negociador de la UE para el "divorcio" habló de "una buena discusión técnica" sobre Irlanda del Norte, aunque una solución definitiva "solo podrá encontrarse en la segunda fase de las negociaciones sobre el futuro de nuestras relaciones", indicó. El Reino Unido, acotó, está "listo para aplicar el Acuerdo del Viernes Santo en todas sus partes" y se compromete a "evitar cualquier frontera física"
Sobre el tema de los derechos de los ciudadanos, "hemos continuado avanzando", añadió, mientras que en el acuerdo de compensación financiera vinculado a la contribución del presupuesto de la UE "ha habido un claro avance en llegar a un acuerdo", indicó el francés.
Son necesario progresos en las próximas dos semanas para poder avanzar, a partir de diciembre, para discutir la segunda fase del "divorcio", es decir, las futuras relaciones entre la UE y Gran Bretaña, insistió el representante Europeo.
May agregó que "no pretende tolerar" ninguna tentativa de bloquear la salida británica del bloque europeo.
De este modo intentó acallar las voces, en particular en el interior de su propio Partido Conservador, que se oponen al Brexit. "Que nadie dude de nuestra determinación o ponga en discusión nuestra resolución, el Brexit se está produciendo", afirmó May.
La ley marco del divorcio británico tras su primera lectura en la Cámara de los Comunes está ahora en segunda lectura, fase en la que pueden sugerirse enmiendas.