Los vientos del huracán Matthew alcanzaron ayer los 205 kph en su avance hacia Florida, donde cientos de miles de personas tapiaban sus casas y huían tierra adentro de la tormenta más poderosa en la costa atlántica de los últimos 10 años.
El gobernador de Florida, Rick Scott, dijo que el estado podría enfrentar la "evacuación más grande de su historia".
El huracán cobraba fuerza en su avance, al aumentar de Categoría 3 a Categoría 4 durante la mañana del jueves.
Pasó sobre las Bahamas y, de acuerdo con los pronósticos, recorría toda la costa atlántica de Florida a partir del atardecer del jueves. A partir de allí podría alcanzar las costas de Georgia y South Carolina antes de virar hacia el mar.
Se ha exhortado a unas 2 millones de personas de Florida a Georgia y South Carolina que se aleje de la costa ante el arribo del huracán más poderoso de los últimos 10 años.
Los refugios del este de Florida estaban abarrotados ayer en una carrera frenética para salvar personas y mascotas del “potencialmente desastroso” huracán Matthew, que promete devastar la costa con vientos de categoría 4 o incluso 5.
El refugio más grande de St. Augustine -un pintoresco balneario fundado en el siglo XVI en el litoral oriental- ya estaba en el límite de su capacidad con 500 personas y sus autoridades negaban la entrada a frustrados huéspedes, que debían devolverse bajo la lluvia y con las almohadas bajo al brazo.
Los huéspedes "comenzaron a llegar ayer (jueves) por la tarde y se quedarán hasta que las autoridades de manejo de emergencias nos digan que se queden", dijo el director de la escuela secundaria Pedro Menéndez, Clay Carmichael.
Las 500 personas estaban ordenadamente echadas en cobijas o colchonetas sobre el suelo de la cancha de básquetbol. Y aunque imperaba el nerviosismo, algunos -sobre todo niños y ancianos- aprovechaban para socializar.
Riendo, la puertorriqueña María Maldonado, de 86 años, contó que había venido a Florida al bautismo de su bisnieta y que ahora estaba varada allí, sobre una silla de campamento. “No es la vacación perfecta, pero nos tratan bien”, dijo.
Desabastecimiento
Más de dos millones de estadounidenses están llamados a evacuar en Florida, Georgia y Carolina del Sur. De ellos, cerca de 1,5 millones de residentes de la costa este de Florida recibieron la orden de trasladarse tierra adentro.
Las estaciones de gasolina en las ciudades costeras ya no tenían combustible, los supermercados habían agotado existencias de baterías, linternas y otros suministros, los hoteles no tenían más habitaciones y era una odisea conseguir alimentos enlatados.
En los balnearios de Jacksonville Beach y Atlantic Beach el viento se hacía sentir y la lluvia dejaba poca visibilidad para manejar. Las ciudades estaban desiertas, excepto por un par de personas que se tomaban selfis en la playa frente al intenso oleaje.
Podría volver en una semana
En lo que podría ser un golpe más psicológico que meteorológico, hay una buena posibilidad de que el huracán Matthew haga una trayectoria circular para dar una segunda y poco grata visita al sur de Florida la próxima semana, indicaron expertos.
De hacerlo, lo que llegaría el martes sería sólo un debilitado remanente de la potente tormenta que está a puntos de barrer las costas de Florida y Georgia. Sin embargo, los meteorólogos señalan que sería más como echar sal a las heridas que realmente causar mayores daños. Y sería algo inusual, pero no algo sin precedentes.
Aún falta mucho camino por recorrer, pero algunos modelos por computadora muestran que después de azotar la costa sureste de Florida, Matthew se enfilará al este hacia el Océano Atlántico y tomaría de nuevo rumbo al sur. A días de distancia, cualquier modelo de pronóstico está sujeto a muchos cambios.