Germán Delfino fue excluido del sorteo para el próximo fin de semana por “procedimiento desprolijo” en la fecha 8 del torneo, según el Colegio de Árbitros de AFA, en Vélez 2-Arsenal 1, cuando cobró penal para el local por supuesta mano del colombiano Rosero Valencia, a quien había expulsado, y luego retrotrajo ambas decisiones al ser informado que la infracción la cometió Mariano Pavone.
La sanción no será “severa” porque desde se entiende que enmendó su error a través del asistente Iván Núñez, quien replanteó la situación con el conocimiento que en la repetición por TV la falta fue del ‘9’. Por su parte, Juan P. Pompei tampoco será parte del sorteo por su labor en Independiente 1-Gimnasia LP 1 donde no cobró un penal a favor del Lobo por mano del mendocino Emanuel Aguilera.
Piden cambios. A raíz de la decisión de Delfino, se despertó un tema que siempre está latente y que es reclamado a gritos: el uso de la tecnología. Son muchos los que esperan con los brazos abiertos la llegada de ese ojo extra para afinar decisiones y bajar el tono y la cantidad de polémicas. Los árbitros están a favor. Pero los que manejan el deporte no están seguros.
“Vengo pidiendo a gritos la tecnología”, reclamó Federico Beligoy, titular de la Asociación Argentina de Arbitros. “Bienvenida sea la tecnología para lograr que se generen más aciertos en cualquier fallo deportivo, porque así se podrá ser lo más justo posible. Todo lo que ayude a los árbitros a equivocarnos menos es lo mejor que nos puede pasar”. La frase es de Delfino, del 27 de febrero.
Aunque en los últimos años Joseph Blatter se mostró abierto a introducir la tecnología en el fútbol, el titular de FIFA siempre estuvo en contra de la ayuda de la tecnología para los jueces.
Igual un fallo en el Mundial de Sudáfrica 2010 lo obligó a rever su postura: ninguno de los jueces vio cómo la pelota ingresaba en el arco tras un remate de Frank Lampard en Inglaterra-Alemania por los cuartos de final. Todo cambió para Brasil 2014.
FIFA tomó nota de aquel error e implementó un sistema que detectaría si la pelota cruzaba la línea o no. Y tuvieron que apelar a ella Francia-Honduras para convalidar un gol de Karim Benzema.
Pero la tecnología no es gran amiga de Blatter y compañía. Y aunque amenaza con meterse cada vez más, desde FIFA le ponen un freno permanente.
Otros deportes, en cambio, ya la tienen aceitada y, en muchos casos sin cambiar la esencia del deporte, define resultados que de no existir ese enfoque, generarían grandes injusticias y polémicas interminables.
El caso de Michael Phelps en los Juegos Olímpicos de Pekín es una clara muestra. En la competencia final de los 100 metros mariposa, el nadador llegó casi a la vez con el serbio Milorad Cavic. La diferencia de ambos fue de apenas 10 milésimas de segundo y por fotos digitales y la ayuda de un sensor pudieron determinar al ganador.
Pero son varios los deportes que se hicieron amigos de sensores, cámaras y repeticiones instantáneas. La NBA, por ejemplo, o el tenis, ya tienen incorporada la tecnología.
El rugby con el video ref, también se vale para aclarar polémicas. Mientras que el atletismo y ciclismo tienen el foto finish, que consiste en la toma de varias fotografías para determinar quien cruzó primero le meta. Y así hay más deportes que apelan a la tecnologías para determinar situaciones. La esgrima, el criquet, el hockey, el voley. Todos están abiertos a mejorar. El fútbol, todavía se niega.