En septiembre de 1993, en el último partido de las eliminatorias rumbo al Mundial de Estados Unidos, se produjo un hecho bisagra para el fútbol argentino y, desde ya, para el colombiano. Esa tarde/noche, en el estadio de River Plate, la albiceleste perdió 5-0 y estuvo a un paso de quedarse afuera de la gran cita mundialista de 1994.
La Selección, dirigida por Alfio Basile, necesitaba ganar el partido para clasificarse sin depender de otro resultado. Sin embargo, todo cambio cuando la exhibición de fútbol del "Pibe" Valderrama, "Tino" Asprilla y el "Tren" Valencia, entre otros, provocó una situación a todas luces inesperada.
A medida que aumentaba la cantidad de goles "cafeteros", llegaban malas noticias desde Perú, donde el local estaba siendo goleado por Paraguay. Solamente un tanto les faltó a los "guaraníes" para dejar afuera al equipo argentino.
Desde las tribunas del Monumental, con la gente entre atónita y enardecida, comenzó a corearse el "Maradooo, Maradooo", cada vez más enfáticamente. En la platea, Maradona sufría por no poder jugar, ya que terminaba una de sus sanciones por doping y estaba con una larga inactividad. Finalmente, Basile logró convencerlo y Diego volvió para jugar el repechaje contgra Australia, que por fin dejó al equipo en el Mundial 1994. Lo que pasó después, ya es parte de otra historia.