La franse pertenece al presidente de Bolivia, Evo Morales, confeso fanático del fútbol. En la previa del comienzo de las Eliminatorias Sudamericanas de cara al Mundial de Rusia 2018, el mandatario recibió a la delegación del seleccionado y la Federación en el Palacio de Gobierno, donde los agasajó con un desayuno.
El combinado boliviano, que debutará mañana en el estadio Hernando Siles de La Paz frente a su similar de Uruguay (desde las 17), busca salir de la crisis en la que llega sumergido: perdió el último amistoso por 7-0 ante Argentina, la FBF quedó acéfala por estar preso su presidente (también tesorero de la Conmebol) y en quince días se nombraron cuatro entrenadores diferentes.
Con la intención de motivarlos para sobreponerse, Evo se animó a hacerles una gran promesa: “Si clasifican, pidan lo que quieran. Hay premio”. Mientras que agregó: “Cuando gana la Selección los pobres se olvidan de su pobreza y los ricos de su riqueza”. ¿Surtirá efecto?