Minutos después de anunciar la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales, el presidente de Bolivia Evo Morales rechazó de plano dar un paso al costado y dijo que "si siguen hablando de renuncia es golpe de Estado".
"Yo tengo un rol constitucional y mi gestión termina el 22 de enero (de 2020). Si siguen hablando de renuncia es golpe de Estado". Con esas palabras, el mandatario boliviano desestimó cualquier posibilidad de salir de su cargo después del anuncio de nuevas elecciones presidenciales y de la remoción de todas las autoridades del Tribunal Supremo Electoral.
"Convocar a elecciones significa parar cualquier movilización, que no haya más paros", sostuvo Morales a radio Panamericana, en sus primeras declaraciones mediáticas tras su aparición en el Palacio Quemado a primera hora de hoy.
Más temprano, la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado en el que en el que reclamó la anulación de las elecciones presidenciales del 20 de octubre, que dieron por ganador a Morales, por una serie de irregularidades en el escrutinio y la trasmisión de votos.
Consultado sobre la posibilidad de no volver a ser candidato en los nuevos comicios, Morales respondió que "las candidaturas son secundarias en este momento, primero se debe pacificar el país".