El fiscal general de Bolivia, Juan Lanchipa, solicitó la autorización para poder interrogar al ex presidente Evo Morales en México, país que le brinda asilo, horas después de que el gobierno de la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, lo denunciara por delitos de "terrorismo y sedición" ante la justicia boliviana.
"La Fiscalía General está solicitando a Cancillería para que mediante la cooperación internacional se haga conocer a México el inicio de la investigación, para que (...) autorice realizar la declaración del ex presidente", informó Lanchipa en una conferencia de prensa.
La denuncia formal, que exige las penas máximas por estos crímenes, fue presentada horas antes por el ministro provisional de Gobierno, Arturo Murillo.
"Las pruebas están claras", defendió Murillo, en referencia a un video que dio a conocer el jueves, donde supuestamente Morales fomenta los piquetes en las ciudades para forzar la salida del nuevo Ejecutivo.
“Crimen de lesa humanidad”
En el registro, cuya autenticidad no está confirmada por fuentes independientes, se escucha presuntamente a Morales dar instrucciones para organizar a los cocaleros y resistir con bloqueos de carreteras al gobierno de facto de Áñez.
"Evo dice que maten a los bolivianos haciendo cerco a las ciudades", acusó el ministro, citado por EFE.
En la víspera, Murillo había calificado la supuesta orden de Morales como “crimen de lesa humanidad” por el que iban a denunciarlo ante tribunales internacionales.
Sin embargo, el gobierno interino optó finalmente por presentar la acusación ante la justicia boliviana.
En Bolivia, las penas por terrorismo van de 15 a 20 años de prisión y por sedición de 1 a 3 años de cárcel.
La querella podría ampliarse a un delito de narcotráfico, según notificó el titular del Ministerio Público, dada la implicación del dirigente cocalero, consignó la agencia estatal de noticias ABI.
La denuncia fue también presentada contra el ex ministro de Presidencia de Morales, Juan Ramón Quintana, cuyo paradero se ignora, por amenazar con convertir al país andino en "un nuevo Vietnam", precisó Murillo.
Morales se vio forzado a renunciar a la presidencia de Bolivia el pasado 10 de noviembre bajo presión militar y después de que la oposición denunciara que logró la reelección en los comicios del 20 de octubre de manera fraudulenta. Tras presentar la renuncia se marchó al exilio en México y Áñez se proclamó a la cabeza del Ejecutivo durante una sesión parlamentaria sin quórum y con la promesa de llamar a elecciones en el menor tiempo posible.