Miles de turistas se aprestaban el sábado a abandonar Túnez, un día después de un sangriento atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) contra un hotel que dejó cerca de 40 muertos, en su mayoría británicos.
Entre los 38 muertos, diez cadáveres han sido identificados --ocho británicos, una belga, un alemán-- según el ministerio de Salud, que informó que hubo 39 heridos, especialmente británicos, alemanes y belgas. Irlanda indicó que una ciudadana de este país murió.
De momento no habría víctimas francesas, según el ministro francés de exteriores, Laurent Fabius.
El primer ministro británico David Cameron dijo que su país debía "prepararse a que haya muchos británicos entre las víctimas del salvaje ataque".
Después del atentado, cometido por un estudiante tunecino y condenado en todo el mundo, el primer ministro de Túnez, Habib Essid, afirmó que unas 80 mezquitas acusadas de "incitar al terrorismo" serían cerradas, y anunció que iba a recurrir a los reservistas del ejército para reforzar la seguridad en los "lugares sensibles".
El presunto autor del atentado, el peor en la historia reciente del país, había escondido su arma en una sombrilla, haciéndose pasar por un turista más. El atacante disparó a la gente que había en la playa y después entró en el recinto del hotel Riu Imperial Marhaba de Port el Kantaoui (cerca de Susa, 140 kms al sur de Túnez), para matar a las personas que tomaban el sol o se bañaban en las piscinas.
Este ataque coincidió también con una oleada de atentados registrados el mismo día en Kuwait, donde murieron al menos 27 personas en un atentado reivindicado también por el EI, y en Francia, donde una persona fue decapitada. Estas acciones se produjeron tres días antes del primer "aniversario" del "califato" proclamado por el EI en los territorios que ha conquistado en Siria e Irak.
- 'Tenemos miedo' -
Esta matanza supone otro golpe al esencial sector del turismo en Túnez, tres meses después de otro ataque contra el museo del Bardo en la capital (22 muertos, de los que 21 turistas).
Centenares de turistas extranjeros se agolpaban en el aeropuerto de Enfidha --entre la capital y Susa-- en la madrugada del sábado para ser evacuados del país. El flujo de salidas proseguía el sábado por la mañana.
La mayoría de los vuelos que aparecían en las pantallas del aeropuerto eran con destino a Londres, Manchester, Ámsterdam, Bruselas y San Petersburgo.
Una pareja británica que llegó el miércoles a Susa contó que el organizador de su viaje les dijo que "regresaran".
"Tenemos miedo, el sitio no es seguro", dijo otro joven, Leon, originario de Gales.
"Nuestra agencia nos aconsejó volver de inmediato a nuestro país, a Bélgica. Era obligatorio dejar de inmediato el país" aseguró a la AFP Aziz, un joven turista.
Según el operador belga Jetair, hasta el sábado por la noche unos 2.000 clientes habrán sido repatriados a Bélgica.
El tour operador Thomson anunció el envío de diez aviones para repatriar a unos 2.500 turistas británicos, así como la anulación de todas las estadías la próxima semana en Túnez.
Desde la Primavera Árabe que se inició en Túnez en 2011, el país se enfrenta a una creciente amenaza yihadista, que ataca principalmente al turismo, un sector que representa más del 7% del PIB de Túnez y genera casi 400.000 empleos directos e indirectos.
- Contra la 'alianza cruzada' -
El atentado del viernes contra el hotel fue reivindicado por el grupo extremista sunita Estado Islámico en un comunicado difundido por cuentas yihadistas en Twitter. El grupo EI lo justificó alegando que la mayoría de los turistas son "de Estados de la alianza cruzada que combate el estado del califato", en alusión a la coalición internacional antiyihadista.
El autor del atentado, que fue abatido por la policía, se llamaba Seifeddine Rezgui y era originario de Gaafur (noroeste), aunque estudiaba en Kairuan (centro). No estaba fichado por la policía, según el secretario de Estado de Seguridad, Rafik Chelly, quien precisó que "a priori" habría actuado solo.
Según un testigo tunecino, el atacante disparaba contra turistas pero no contra tunecinos. "El terrorista nos dijo: 'aléjense, no he venido por ustedes'. No nos disparó, disparó contra los turistas".