La historia de una adolescente que arrastra una enfermedad no diagnosticada y sin cura, reinstaló el debate sobre la legalización de la eutanasia en Chile y la demanda de aprobar un proyecto de ley en torno al tema paralizado en el Congreso desde hace casi 18 años.
"Sólo pido descanso. Le suplico que me dé la eutanasia porque ya no soporto mi cuerpo", clamó Paula, de 17 años, en un video que le envió recientemente a la presidenta Michelle Bachelet, dando a conocer su caso.
La joven, que sufre de una enfermedad degenerativa que no se ha podido diagnosticar de manera concluyente, se encuentra postrada en cama desde hace cuatro años, acompañada de dolores insoportables y "cansada de luchar", declararon sus familiares a la prensa.
“¿Cómo no pueden entender que ya no puedo más?”, imploró Paula a la mandataria. La presidenta, quien es médica de profesión, no ha respondido hasta ahora.
Su hermana Vanessa reveló que el cuerpo de la joven "se ha ido apagando, ha ido fallando, ha ido degenerándose cada vez más". "Durante todo este tiempo ella ha estado luchando constantemente. Es una persona muy valiente, una joven increíble", relató a la radio local Cooperativa.
Conocida la historia, se levantó una ola de solidaridad con la chica, mientras los medios de comunicación comenzaron a recordar las veces que el proyecto de ley sobre el asunto, que llevó al Congreso en 2004 el ex senador Nelson Ávila, ha sido archivado una y otra vez hasta la fecha.
El caso ha tenido tal repercusión en la opinión pública chilena que algunos parlamentarios pedirán reactivar la propuesta una vez que el Congreso reanude sus actividades en marzo tras el receso estival de febrero.
"Hago un llamado a todas las fuerzas políticas que creen en la libertad individual a respetar la voluntad de los pacientes que están haciendo un llamado dramático a despenalizar la eutanasia", abogó el diputado liberal Vlado Mirosevic. "Ellos (los pacientes) están pidiendo que bajo ciertas circunstancias médicas, en donde están padeciendo mucho dolor y en donde el desenlace va a ser fatal, tener una muerte digna", agregó el parlamentario.
De hecho, una encuesta reveló esta semana que un 68% de los chilenos, o 7 de cada 10, está de acuerdo en que se despenalice la eutanasia.
Sin embargo, la propuesta tiene sus detractores, como el conocido médico Jaime Mañalich, quien comparó la eventual ley con los recientes intentos de reponer la pena de muerte en el país, derogada hace 17 años.
"Febrero es un mes en que los diputados que no toman vacaciones tratan de instalar pseudodebates", criticó con ironía el facultativo, quien fue ministro de Salud durante el primer Gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera (2010-2014)
Piñera, que asumirá su segundo mandato el 11 de marzo próximo, ha reiterado que es "es un defensor de la vida".
Actualmente, la legislación chilena, que regula los deberes y derechos del paciente, establece que “ningún rechazo a tratamientos podrá tener como objetivos la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio”.
De aprobarse una ley, Chile se uniría a los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y a Colombia -el primer país de América Latina que introdujo en su Constitución una ley de eutanasia y suicidio asistido.