El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunció ayer a la mañana que según sus cálculos ya habrían entrado en Europa 515.000 refugiados, casi el doble de los que llegaron en todo 2014. La inmensa mayoría entran por Grecia (383.000) e Italia (129.000).
De todos los llegados, más de la mitad (el 54%) son sirios. Les siguen los afganos con un 13% y también hay grandes grupos de iraquíes, eritreos y nigerianos. De los casi 400.000 llegados a Grecia, un 71% proviene de Siria.
Según los datos de Acnur, 2.980 personas murieron este año intentando alcanzar las costas europeas. En todo 2014 fueron 3.500, la mayoría en naufragios que tuvieron mucha resonancia mediática porque se trataba de buques que cargaban a centenares de personas. Ahora esas muertes se producen en pequeños gomones entre Turquía y Grecia, pero el goteo de accidentes y fallecidos es casi diario.
Europa acordó a mediados de setiembre el reparto -mediante un sistema de cuotas- de 120.000 refugiados, pero no se pondrá en marcha como muy pronto hasta noviembre, mientras siguen llegando miles de personas cada día.
Flujo constante
Aunque el flujo se frenó un poco desde el último lunes -el fin de semana anterior Croacia llegó a enviar más de 10.000 personas por día a Hungría- siguen llegando entre 3.000 y 4.000 personas cada día.
Naciones Unidas pide a Europa que haga más y le recuerda que son personas con derecho a protección internacional que huyen de guerras -como en Siria y Afganistán- o de la represión de dictaduras, como Eritrea.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo ayer en una conferencia de sindicatos que acoger a los refugiados “es una obligación para Europa”. Juncker les “deseó la bienvenida”.
Según el presidente del brazo ejecutivo de la UE, “los refugiados necesitan solidaridad”.
Juncker también explicó que los europeos deberían sentirse “orgullosos de ver que Europa es el puerto de paz elegido por los desgraciados” del mundo, antes que Estados Unidos, Rusia o China.
Sobre el terreno la crisis no cesa. A las islas griegas de Lesbos, Kos o Samos siguen llegando cada día cientos de personas, aunque el ritmo de llegadas se ha ido frenando después del fin de semana. Desde ahí siguen la ruta por Grecia, Macedonia y Serbia. El tránsito es cada vez más rápido porque todos los gobiernos han puesto medios de transporte a disposición de los refugiados.
Muy crítico con su homólogo húngaro Viktor Orban, el primer ministro croata Zoran Milanovic compara las vallas húngaras con el muro israelí que separa Cisjordania de Israel.
“La política de Budapest es totalmente inaceptable desde un punto de vista humano”, dijo Milanovic, quien llegó a preguntarse si Orban pretendía dar a su Ejército la orden de disparar contra los refugiados si intentaban saltar. Milanovic llegó a decir que la actitud de Orban es de “bajeza” y recordó que Alemania y Austria, “son los países que más refugiados acogen y son los que menos se quejan”. Unos 82.000 refugiados han pasado en dos semanas por Croacia.