Europa expuesta y más vulnerable que nunca antes

Europa expuesta  y más vulnerable que nunca antes

Los atentados de ayer en Bruselas demuestran que las redes yihadistas en Europa conservan una capacidad operacional mortífera a pesar de los golpes policiales recibidos en las últimas semanas, estiman expertos y analistas.

“El año 2015 fue difícil, temo que 2016 sea terrible”, dice un responsable francés de los servicios de seguridad franceses. “Los ataques son claramente una venganza tras la ola de detenciones de los últimos días. Se trata de una escalada. Prueban que tienen hombres dispuestos a operaciones kamikazes en cualquier momento, con armas y explosivos”, agrega.

“El mensaje es claro: ‘estamos aquí, no podrán detenernos’”, dice la fuente. “En Francia pero también en Europa hay que estar preocupados”, insiste. “Vamos a sufrir una ola de terrorismo muy potente, que se podrá frenar sólo en forma parcial. Algunos equipos serán detenidos, nunca hubo tantas detenciones como ahora, pero no podrá detenerse a todos. Es imposible, estamos sumergidos”, dice fatalista.

La ola de detenciones en Bélgica, en el marco de la investigación de los atentados del 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos, permitió desmantelar una gran parte de los yihadistas enviados a Europa desde Siria por el grupo Estado Islámico (EI), pero algunos sospechosos siguen prófugos.

“Los atentados de Bruselas prueban que estaban prontos. Nadie puede montar una operación de este tipo en 48 horas”, dice por su parte Thomas Hegghammer, experto del instituto Norvegian Defense Research Establishment.

“Si admitimos que estos ataques están más o menos vinculados a los de París, es la primera vez que una misma red es capaz de golpear dos veces en forma tan importante”, agrega.

Antes de morir, el presunto jefe del comando que atacó en París, Abdelhamid Abaaoud, había confiado a allegados que había llegado a Francia “sin documentos oficiales” acompañado por 90 hombres, “sirios, iraquíes, franceses, alemanes, ingleses”. Habrá otros atentados “peores”, había agregado Abdelhamid Abaaoud.

“Hay que tomar esa afirmación en serio, hace un buen momento que lo sabemos”, afirma un funcionario francés. “Las críticas contra la policía belga son injustificadas: trabajan bien, pero están sumergidas por la cantidad, como todos los colegas europeos. Todos vamos a sufrir ataques, tengo miedo”, dice.

La respuesta a yihadistas tan determinados, que gracias a cinco años de guerra en Siria y muchos más en Irak, dominan el uso de las armas de guerra y la fabricación de explosivos de fabricación casera pero muy potentes, es difícil.

“Lo más inquietante es que los atentados del martes prueban que tienen kamikazes movilizables inmediatamente”, agrega ese responsable.

“Contra eso no se puede hacer nada. Incluso las patrullas de soldados no alcanzan”, dice. “Se puede tener suerte: se controla a una persona con pinta sospechosa y ¡bingo!”, señala.

“Pero imagine en un aeropuerto, en la hora de mayor afluencia, es imposible”, agrega.

Miles de voluntarios viajaron para sumarse al EI y centenares ya regresaron a su país de origen, algunos llamando la atención, pero otro con total discreción. Los servicios de inteligencia y la policía buscan la respuesta a una amenaza inédita.

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