Con justicia, Croago disputado en el estadio Parque de los Prìncipes, de Paris.
El único gol fue convertido con Luka Modric, con un espléndido derechazo desde fuera del área.
Poco antes del descanso, el jugador del Real Madrid recogió un rechazo alto a unos 25 metros de la valla turca, empalmó la pelota magistralmente con el empeine y, tras picar delante del meta arquero Babakan se coló en el arco de los turcos (41).
El gol desató la locura entre los aficionados croatas, al punto que uno de sus hinchas burló la seguridad del estadio y se metió en el césped para festejar el tanto, arrodillado en un corner junto a Modric y el resto de jugadores balcánicos.
El resultado corto no refleja los méritos de los dos equipos, ya que Croacia contó con al menos media docena de ocasiones muy claras de gol (incluidos dos remates al travesaño), mientras que Turquía decepcionó en su estreno en el torneo europeo.
El equipo entrenado por Fatih Terim no existió sobre el césped del Parque de los Príncipes, a imagen de su gran estrella Arda Turan, que después de pasar totalmente desapercibido fue sustituido en el minuto 65 de juego y abucheado incluso por los aficionados de su país al retirarse del terreno de juego.
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