Eugenio Zanetti: “El Teatro del Bicentenario es un milagro”

El oscarizado diseñador argentino estrena este miércoles una producción original de “La flauta mágica” en San Juan. Una charla exclusiva.

Eugenio Zanetti: “El Teatro del Bicentenario es un milagro”
Eugenio Zanetti: “El Teatro del Bicentenario es un milagro”

"Me parece un milagro surgido de un espejismo en el desierto", define Eugenio Zanetti.

Se refiere al Teatro del Bicentenario de San Juan, que en tres años ha sabido posicionarse como el polo cultural más importante de la región.

El célebre diseñador, artista plástico y régisseur cordobés, quien es uno de los pocos argentinos que pueden presumir un Oscar (lo ganó por el Diseño de Producción de "Restauración", en 1995), se encuentra en la provincia hermana con motivo de otro hecho histórico para Cuyo: el estreno de una producción firmada por él de "La Flauta Mágica", la ópera de Mozart, el próximo miércoles.

La película y el lienzo

Con una enorme trayectoria en Hollywood (donde es miembro de la famosa Academia), Zanetti cerró su carrera cinematográfica hace unos años, con su primera y única película dirigida por él, "Amapola" (2014). Desde entonces se ha dedicado exclusivamente a dirigir ópera y a pintar. Tiene una explicación para esto:  "Yo separo la vida en actos, como la dramaturgia clásica. Yo estoy en el tercer acto, y el tercer acto tiene sus requerimientos. En términos de narrativa, el tercer acto es la resolución de un conflicto.

Tuve un segundo acto muy largo y bueno en Estados Unidos. Pero el tercero, como yo lo veo, tiene que ver con lo que uno quería hacer en el primer acto. Entonces se vuelve más personal la búsqueda", asegura en un diálogo exclusivo con Los Andes, después de un ensayo. 

Amplía: "La ópera es un trabajo integral. Hago un poco de todo: escenografía, vestuario, proyecciones, dirección de escena. Todo eso es como un cuadro, no es como el cine, que es colegiado. En el cine hay mucha gente que opina, en la ópera no, porque a uno lo convocan y decide qué hacer. Uno tiene enorme libertad y autonomía, que en el cine no existe. Hoy yo tengo muchas más ganas de pintar cuadros y pintar óperas. Quiero hacer mi trabajo, en lugar de explicarle cosas a los productores de Hollywood", dice el responsable del diseño de algunos clásicos, como "Más allá de los sueños" (1998).

Es la segunda vez que Zanetti viaja a San Juan para radicarse semanas enteras y trabajar. El año pasado cautivó con los magníficos escenarios de "Don Carlo" (Verdi), que era una producción oriunda del Teatro Colón. Pero "La flauta mágica" es especial: es una puesta integral del Teatro del Bicentenario, donde se pintaron los decorados, se hizo el vestuario y hasta se tradujo el libreto (es la primera versión en español de la obra).

Sobre ello, dice: "Creo que acá se ha creado una mística: la sensación de pertenecer a algo, que en el terreno artístico es importante, porque hace que la gente haga cosas que en otro contexto no haría. Es lo que se llama el superesfuerzo. Porque el esfuerzo solo no es suficiente. Y yo veo que la gente alegremente, tanto cantantes, músicos, peluqueros, vestuaristas, todos, despliegan esa energía aquí".

El trabajo de Zanetti es intenso, y desde hace un año viene trabajando también en el diseño de “Los cuentos de Hoffmann”, que se verá entre noviembre y diciembre en el Teatro Colón.

-¿Qué podés adelantar de tu versión de "La flauta..."?

-Hay cosas que destacar. Primero, no hago un trabajo intelectivo intenso, porque creo que intelectualizar demasiado las ideas mata todo. Pero sí tengo en cuenta el contexto la época, y tener en cuenta qué es lo que escuchaba Mozart y qué pensaba cuando escribía. Eso que los antiguos árabes llaman el “sonido de las esferas”, el universo.

Entonces uno trata de alinearse modestamente con esa vibración. Además está el teatro barroco, que se caracterizaba por tener telones pintados. Entonces decidí trabajar con eso.

Así, Zanetti diseñó las escenas en acuarela, y después fueron reproducidas en telas de gran formato por un conjunto de artistas plásticos formados por Gunnar Ahmer, quien viajó a San Juan a dar un taller (es reconocido, entre otras hazañas, por haber reproducido la Capilla Sixtina a escala, para la película “Ángeles y demonios”). Hablamos de telones de 20 metros por 10, que también Zanetti interviene digitalmente con proyecciones. “En esta puesta están el siglo XVIII y el XXI juntos”, apunta.

Para él, entre pintar, diseñar una película o una ópera no hay diferencia. “Yo no veo diferencia”, admite. Su trabajo es la evocación de imágenes que encuentra en su pasado más querido. “Como todo actor, que tiene que buscar memoria emotiva para trabajar, todos tenemos que buscar memoria emotiva, donde las imágenes están en nuestro pasado, en nuestra infancia”, dice.

El segundo acto

“El peor síndrome en Hollywood, después de tantos años viviéndolo, es lo que yo llamo el Síndrome de Sunset Boulevard, que es tratar de extender el segundo acto forever. Un error muy común, que espero no cometer”, asegura.

-La pregunta inevitable: ¿Es cierto que el Oscar siempre anda con vos?

-No, en el bolsillo no. Si lo roban, me parece que no te dan otro. Hay que cuidarlo (ríe).

Tengo una explicación sobre el tema del Oscar, muy sencilla: el que se siente impresionado por el Oscar es porque su niño interior se siente impresionado. Se dio que mi niño interior nunca tuvo ansias de ganar uno. Yo estoy agradecido, pero al mismo tiempo no significa para mí tanto. Otros se arrodillarían frente a uno.

-Decías que ahora evitás que otras personas se "metan" en tu trabajo. ¿Te has sentido desilusionado del resultado de tu trabajo en alguna película?

-¡Pero muchísimo! Todo es un “toma y daca”, uno intenta muchas cosas y algunas funcionan y otras no. La gente evalúa las películas por el impacto emocional que han tenido en ella, no tiene idea del proceso involucrado en crear esas imágenes. De hecho, la cantidad de películas que he diseñado y que no se filmaron es mucho más importante que las que sí se filmaron.

-¿Por ejemplo?

-Hice el trabajo con Andrew Lloyd Weber para “El fantasma de la ópera”. Estuve dos años trabajando, pero esa versión de la película nunca se filmó. Una película que ha sido pionera, como “Más allá de los sueños”, que es la primera película donde más de la mitad se hizo de forma digital, era algo nuevo, pero ahora es difícil de evaluar, porque hoy lo digital es un lenguaje de todos los días. Ya no es el superesfuerzo crear esas imágenes. Y está bueno también que cambien las cosas. Lo que antes era mágico hoy es cotidiano.

La ficha

"La flauta mágica", de W. A. Mozart.

Versión en español, dirigida por Eugenio Zanetti.

Con: Coro y la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, dirigidos por Jorge Romero y Emmanuel Siffert, respectivamente. Solistas: Duilio Smiriglia (Tamino), Fernando Lazari (Papageno), Marina Silva (Pamina), Laura Pisani (Reina de la Noche), Cristian de Marco (Sarastro), entre otros.

Días y horario: miércoles 2, jueves 3 y sábado 5 de octubre, a las 21.

Dónde: Teatro del Bicentenario (San Juan).

Entradas: $200, $400, $600 y $800, se encuentran en venta en boletería del teatro, de lunes a sábado de 10 a 20, y en Tuentrada.com

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