La ética pública como excusa para no rendir cuentas

Documentos disponibles en la web de la Presidencia, al ser difundidos en medios periodísticos mutaron en “mentira” de la prensa.

La ética pública como excusa para no rendir cuentas

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) le respondió al secretario General de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrilli, por sus planteos sobre aspectos éticos para justificar nuevos cuestionamientos del Ejecutivo nacional a publicaciones de medios independientes sobre las acciones del Gobierno.

El  funcionario había pedido que Adepa y otras entidades periodísticas evaluaran si el diario La Nación y el Canal 13 de Buenos Aires “faltaron a la ética periodística” por la publicación y difusión de artículos e informes referidos a la posibilidad de que la Presidencia adquiera un sistema “de energía ininterrumpida para aumentar el nivel de confiabilidad eléctrica” y evitar de esa manera apagones en la Casa Rosada.

El funcionario acusó a los medios de “mentir” e incurrir en “una falta grave a la ética” por los contenidos periodísticos, lo cual resulta totalmente inexacto y antojadizo, por cuanto dichos contenidos estuvieron basados en documentos disponibles en la página web oficial de la Presidencia.

Con duros términos, Adepa salió al cruce de Parrilli expresando, a través de un comunicado, que en cuanto a la ética, “es bueno ponerla como tema de debate en un país estragado por la corrupción. Pero no debe limitarse a la actuación del sector privado sino al modo en que se utilizan los recursos del Estado, en que los funcionarios rinden cuentas de sus gastos y de sus ingresos en que se contratan obras y servicios públicos; a la disposición para responder la requisitoria de la prensa”.

Enfatiza la asociación que de toda la información recogida sobre el pretendido grupo electrógeno “no se advierte que se haya faltado a la ética periodística. En democracia, periodistas y medios tienen el deber inexcusable de investigar presuntos desvíos del poder.

Y para ese cometido deben procurar contar con la versión oficial. Pero ello debe corresponderse con una apertura de funcionarios y organismos de Estado no sólo a brindar información cuando le es requerida sino a poner ésta a disposición de los ciudadanos en una política de transparencia que facilite el control social”, señaló con justeza en el comunicado.

En el caso puntual de la cobertura del diario La Nación, curiosamente Parrilli reconoció que periodistas de ese medio habían enviado un correo electrónico con las preguntas a las 16 horas del día anterior a la publicación del artículo. Y en los diálogos que mantuvieron con voceros de Presidencia, avisaron que la nota se publicaría al día siguiente. Nunca fueron notificados de que se iba a elaborar respuesta alguna sobre el tema.

Con justeza, Adepa señala en su documento que se le debe recordar al Poder Ejecutivo que “el principal insumo de la prensa es la libertad. El papel o las telecomunicaciones son tan sólo medios para el ejercicio de esa libertad. La responsabilidad es el único límite que admite la libertad de expresión y que los funcionarios están sometidos a un estándar mayor de exposición pública y de escrutinio ciudadano”.

Amparándose en la ética pública, el secretario General de la Presidencia puso en tela de juicio la legítima labor periodística de buscar y difundir la noticia, en este caso puntual basada en una acción de gobierno que, como todo lo relacionado con el funcionamiento del Estado, debe ser pública, transparente.

Con su respuesta, Adepa sí planteó un debate sobre ética pública apuntando a muchos aspectos que, como el de la licitación para un generador de energía, el kirchnerismo frecuentemente prefiere mantener en secreto. Ejemplos sobran.

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