"No hay empresas exitosas en sociedades fracasadas", la frase largamente citada del filántropo y empresario Stephan Schmidheny, ya tiene visos reales en un grupo de empresas mendocinas, aquellas que están instalando en sus prácticas la Responsabilidad Social Empresaria (RSE).
En sus orígenes, la RSE nació por el impulso que imprimieron un grupo de empresarios que formaron la organización empresarial Valos. Hoy, a 15 años de su nacimiento en Mendoza, empresas, organizaciones públicas y privadas fueron mutando sus prácticas y gestionando la RSE con nuevos enfoques. El énfasis en los aspectos sociales y ambientales está en la génesis de la RSE, pero en los últimos años está logrando otro protagonismo.
Hoy las empresas que apuestan por la sostenibilidad entienden que el éxito de una firma no radica únicamente en la estrategia de ventas o en la calidad de sus productos o servicios, sino que existen muchos factores que pueden definir el éxito en un negocio. Uno de los elementos es la sociedad que rodea la firma.
Desde Valos, su presidenta, María Lorena Cepparo, afirmó que las acciones y el concepto del progreso presente y futuro es definido y creado cuando la sociedad en general se involucra con acciones e iniciativas que promuevan el desarrollo y que se enfocan en lograr transparencia con condiciones justas para todos, sin visos de corrupción. De ahí nace el interés y la apuesta de las firmas en entrelazarse en propuestas educativas con el sector público y que puedan ser una excelente clave para que este progreso se logre para todos.
El otro eje de tendencia de la RSE, que es parte de su origen pero que ha cobrado vida propia en las acciones cotidianas, es el cuidado del medio ambiente. La apuesta es clara sobre este foco, las firmas no sólo eficientizan su gestión sino que también logran certificaciones de calidad que les permitirán conquistar mercados de consumo.
Los comienzos
Por años y a la hora de involucrarse y dar una solución a las necesidades sociales, algunas firmas de la provincia recurrieron a la impronta filantrópica. En solitario, las empresas buscaban ensayar respuestas para tratar de atenuar las situaciones inicuas de desarrollo para una franja de la población local.
"En Mendoza ha existido mucha filantropía. La sensibilidad social ha estado presente y se la ha canalizado con instituciones educativas y de salud. Estas prácticas, y el mismo concepto, fueron evolucionando y se les fueron sumando los temas vinculados al medio ambiente. Así las firmas comenzaron a ser conscientes de sus impactos ambientales. Por esa época, hace más de 15 años, los fundadores de la RSE en la provincia adhirieron a la importancia del triple impacto, esto es cómo evaluar los impactos medioambientales, económicos y sociales. En esa línea de tiempo es que nace Valos", aclaró Cepparo.
La organización empresarial comenzó en la provincia su difusión y a despertar conciencia en el empresariado local, hasta sumar al presente y según Cepparo a más de 60 firmas movilizadas por la RSE en la provincia.
A lo largo del tiempo, en la provincia no sólo profundizaron la matriz de triple impacto económico, social y ambiental y las acciones de largo plazo, sino que en los últimos tiempos comenzaron a surgir la necesidad de profundizar en las acciones que combatan la corrupción y aporten transparencia en los negocios y su ecosistema social.
"Es la última tendencia que queremos seguir profundizando, como el cumplimiento de la ley anti corrupción de las empresas entre ellas, con organizaciones y con el Estado tanto nacional, como provincial y municipal. Queremos seguir fomentando la transparencia en todos los niveles sociales, no sólo en las empresas, que son un eslabón más de la cadena", detalló Cepparo.
La otra arista
La revolución tecnológica que comenzó su desarrollo a fines del siglo pasado, es una realidad que en forma diaria plantea nuevos paradigmas de negocios. Desde Valos saben los desafíos que se abren y es una de las tendencias que cobrarán cada vez más vida propia.
"La tecnología impulsa a las firmas a tener un comportamiento ético y transparente porque sus acciones están expuestas y pueden viralizarse. Hoy no es fácil pasar desapercibido. El acceso a información y cómo discurre en las plataformas digitales es otro aspecto que está captando nuestra atención", puntualizó Cepparo.
A propósito, el año pasado en el Foro Valos, la corrupción fue parte de los debates de los especialistas, donde se plantearon soluciones sociales y empresariales más aceptadas con herramientas y códigos de ética.
Pero allí no terminan los esfuerzos. “No nos quedamos solamente en las discusiones teóricas, también fomentamos que las grandes empresas traspasen las mejores prácticas hacia las pymes. Lo cual abre una puerta interesante sobre formas de actuar y controlar”, detalló Cepparo.
Un ejemplo claro de cómo una pyme puede adoptar códigos de ética se da cuando ingresa un nuevo trabajador. En ese momento se hacen explícitas las conductas aceptables y las reprochables, especialmente en los sectores relacionados con compras. Se establece que no se puede recibir regalos de proveedores o bien se determinan montos tope, que no vayan a implicar tomar a futuro decisiones en favor de un proveedor. "Esa es una herramienta concreta", reflexionó Cepparo.
Marcela Neme, vicepresidente de Valos, agregó que las acciones de RSE en muchos casos no implican afectar recursos económicos para llevarlas a cabo, sino que implican un enfoque diferente. Esto es velar por la rentabilidad, sin descuidar los aspectos sociales y ambientales.
Valos invita a pymes a un espacio donde las empresas de mayor porte transmiten sus prácticas y conceptos de Responsabilidad Social Empresaria.
Para fomentar conductas éticas en el tejido empresarial local, desde Valos invitan a las pymes a participar de las actividades de la Cámara de Comercio Argentina Alemana llamada "Alliance for Integrity", un espacio donde las empresas de mayor porte transmiten sus prácticas y conceptos a las más pequeñas, de las cuales Valos es su representante local.
La adhesión a sistemas éticos de conducta, al igual que las buenas prácticas que minimizan los impactos ambientales tiene su valor, ya que no sólo fijan índices más altos de reputación, sino que son la puerta para poder aplicar a certificaciones y de esa forma llegar a mercados ampliados.
Por último, la otra tendencia que en materia de sustentabilidad marcará nuevos rumbos, es el semillero de jóvenes emprendedores que apuestan por prácticas que cuidan el medio ambiente y fomentan un comercio más justo. "Es un cambio muy positivo. Los jóvenes fueron criados en la importancia de proteger el medio ambiente, por lo cual veremos en los años venideros más creación de empresas cuyos dueños tienen otra concepción de lo económico, social y ambiental", apuntó Cepparo.
Casos en acción
Fabián Andreu, uno de los directivos de Transportes Andreu, destacó que los inicios de la RSE en su firma fueron a través del Banco de Alimentos. "Nos plegamos desde la inversión social privada para luego involucrarnos con Valos y así ver qué acciones podíamos realizar con otras firmas. Hoy la RSE es un término transversal: las firmas trabajan con universidades, organizaciones de la sociedad civil, y gobiernos", detalló Andreu.
Al presente la firma continúa con sus programas de formación en conducción de camiones, una iniciativa que empezó sólo dirigida a sus trabajadores, pero que en la actualidad involucra a todos aquellos que quieran aprender el oficio de chofer.
Hacia el interior de las firmas, el empresario también se refirió a la mutación de la Responsabilidad Social Empresaria, que pasó de ser una parte del ala de recursos humanos a cambiar su denominación en sustentabilidad y acompañar un mayor número de acciones de las empresas.
Al ser una de las firmas pioneras en materia de RSE, desde Transportes Andreu han desarrollado un sinnúmero de acciones conectadas con la sustentabilidad. Una de las últimas fue la importación de seis camiones con Gas Natural Líquido (GNL), un combustible que se obtiene del gas que se recupera de pozo de petróleo. "Ese gas se quema y luego se congela, para en otra fase pasar a estado líquido. Este combustible es el mismo que utiliza la central térmica en Anchoris. El GNL es más ecológico que el gasoil y además es menos contaminante", detalló Andreu.
Como otras compañías, Transportes Andreu continúa sus acciones con el Banco de Alimentos. El empresario manifestó que ha seguido participando en diversos grupos que fomentan la sustentabilidad y el desarrollo a largo plazo. “Estuvimos involucrados en el proyecto de ley de RSE que impulsó el gobierno provincial anterior. La normativa instaba a las empresas a presentar informes basados en el Global Report Initiative (GRI), ya que la idea era tener un registro de empresas que podían tener beneficios impositivos, como la exención de algunos tributos. Esa iniciativa quedó en la nada", recordó Andreu.
La hora del vino
En el caso de Chandon la sustentabilidad posee números propios y está medida en cada tramo. En educación poseen colaboradores de la firma a través de programas de capacitación, medias becas para sus hijos y la formación educativa con colegios de la zona. Desde el año 2004, seis proyectos captaron a 1.500 alumnos por año que fueron para capacitarse. El equipo educativo está compuesto por 20 voluntarios, cinco capacitadores y un asesor, siendo beneficiados colegios de San Carlos, Luján, Tupungato y Tunuyán.
La RSE de Chandon también contempla el medio ambiente. Lo hace a través de programas que miden el impacto de sus acciones, como es la campaña de recolección de botellas, que busca concientizar a la comunidad sobre el reciclado de envases y mantener la limpieza de los cauces.
Hacia el interior de Chandon el tratamiento de efluentes es constante, así como también hacer un buen uso energético a través de paneles solares térmicos, aislación de tanques y cañerías e invirtiendo en nuevos equipos.
De acuerdo con Vespa, en los años venideros el foco de Chandon estará puesto sobre los ejes que sustentan la estrategia de minimizar el impacto ambiental de sus operaciones, maximizar el uso de la tecnología en los viñedos que aseguren un menor impacto sobre los paños de tierra y hacer un uso eficiente de la energía y agua. Además, apostarán por el desarrollo social de sus empleados, como así también de las comunidades vecinas a sus bodegas.
"La adhesión a sistemas éticos de conducta y las buenas prácticas son la puerta para aplicar a certificaciones."
Marcela Neme, vicepresidente de Valos
En el caso de Finca La Celia, Walter Campos, responsable del área de Recursos Humanos, detalló que tomaron contacto en forma sistemática con la RSE hace algunos años. "Todo comenzó con una guardería totalmente a cargo de la empresa con instalaciones y la personería jurídica como jardín maternal para beneficiar a las personas que trabajan con nosotros. Tuvimos tan buena respuesta que luego decidimos abrirla a nuestra comunidad", comentó.
Paralelamente desde la bodega instalaron una sede del Banco de Alimentos del Valle Uco, donde establecieron oficinas, inmobiliario y personal pagados por la empresa. "Desde hace unos años soy presidente del Banco de Alimentos. Me gusta asistir a los comedores comunitarios de la zona", indicó Campos.
Las buenas prácticas agrícolas también forman parte de la estrategia de RSE de la firma. Las acciones se hacen para no afectar el medio ambiente.
“Tenemos sistematizados los controles químicos, que se utilizan en la menor dosis posible”, señaló Campos.
El ejecutivo de Finca La Celia aseguró que en la firma no poseen ninguna persona trabajando en manera informal, porque el foco de la empresa es ofrecer condiciones de trabajo seguro y en regla. "Hemos erradicado el trabajo infantil y damos contención a las mujeres que trabajan en la empresa. No hay ningún tipo de discriminación", subrayó.
A lo largo de los años de prácticas de RSE, las acciones tuvieron sus cambios. Hoy, según Campos, Finca La Celia es una firma consciente del cuidado del medio donde está inserta, que incluye a empleados, medio ambiente y comunidades vecinas.
“Somos una firma que posee un interés genuino en las personas. Tenemos un programa interno de valores que lo articulamos con Viña San Pedro Taracapá de Chile, ya que Finca La Celia es parte del mismo grupo empresarial. Con nuestros empleados trabajamos los valores y competencias para así tener un mejor clima laboral”, detalló.
En vistas a futuro, la empresa seguirá con sus acciones sociales y seguirá enfatizando en los aspectos medioambientales. "Estamos armando la implementación en la huella hídrica y de carbono. Nuestro próximo objetivo es certificar buenas prácticas con el medio ambiente", apuntó Campos.
Ciudadanía con valores
Sancor Seguros es otro ejemplo de Responsabilidad Social Empresaria. Betina Azgunga, gerente de RSE de la firma, aseguró que la sustentabilidad es parte del negocio y de las acciones cotidianas de la empresa. Para elevar la eficacia de la gestión Azgunga afirmó que basan gran parte del tiempo en la consulta con los públicos de interés.
“Una de nuestras primeras acciones con la RSE fue realizar un mapeo de nuestros públicos de interés. En otras palabras, conocimos con quienes debíamos relacionarnos. Dividimos el campo en empleados, productores y clientes. Queríamos trabajar aspectos importantes como la reputación de la empresa, prevención y seguridad. Relevamos a 392 personas y luego vimos que los proveedores eran importantes, por lo que comenzamos a incluirlos en nuestras consultas”, explicó la experta.
Con los años se fue delimitando la estrategia de sustentabilidad, que sigue contemplando el eje de diálogo. Como resultado, Sancor innovó en productos, servicios y nuevos mercados, como los micro seguros en la base de la pirámide, que son los sectores bajos recursos económicos. Se crearon seguros de salud y se generó valor económico, social y ambiental sobre todo en educación y cooperativismo.
Todas las acciones del desempeño de Sancor Seguros están medidas con los últimos indicadores del Global Report Initiative (GRI) y adhieren al Pacto Global de Naciones Unidas. A su vez, la firma posee diferentes membresías, entre las que se destaca Human Rights Working Group (Grupo de Trabajo sobre los Derechos Humanos).
Anticipan que en los próximos años habrá más empresas con conciencia de cuidado ambiental, gracias a los emprendedores más jóvenes.
Desde 2005, las acciones están medidas y publicadas en el Reporte de Sustentabilidad de Sancor Seguros, el cual es verificado por un veedor experto, quien detalla también las áreas de desafío y desarrollo que debe encarar la firma hacia adelante.
Sobre lo que viene en materia de sustentabilidad para Sancor Seguros, Azgunga afirmó que seguirán enfatizando sobre la necesidad de apostar por un ciudadano con valores éticos.
Para ello están realizando el programa "Ciudadanos Sustentables", que consiste en la prevención sobre la velocidad, tener nutrición adecuada y hacerse chequeos periódicos. "La ética e integridad implica que las personas no cometan fraudes, que cumplan con sus compromisos, que se adhieran a la póliza digital y usen sus recursos en forma consciente. Estamos concientizando a nuestros colaboradores para que ellos sean líderes en sus comunidades. Apostar por la responsabilidad individual es parte de las Metas del Pacto Global. Esto es lograr que todos y cada uno cumplan sus obligaciones y así tener una sociedad justa", concluyó.