Marcelo Mosca es el titular de "El Refugio", eventos y banquete. Es parte de la economía social y tiene una historia de resilencia y esperanza. Después de estar tres años preso, hoy es uno de los responsables de coordinar a los mozos que trabajan en las actividades del BID en el Hotel Intercontinental.
“He sido convocado para trabajar en el BID por la gente de Producción, para colaborar y ayudarles a los chicos que vienen de economía social, como mujeres golpeadas u otros grupos”, contó Marcelo.
“Se trata de gente que no ha trabajado nunca en eventos y me convocaron por mi experiencia, como ya hemos trabajado en eventos, si bien a menor escala, la organización básicamente es la misma”, explicó.
"Estamos coordinando con la gente de La Criolla, la empresa que obtuvo la licitación para el evento. Trabajamos todos como un solo equipo".
¿Cuántas son las personas que te acompañan?
Alrededor de 50 personas convocadas por el Ministerio de Economía. Toda la gente que está trabajando está bajo mi coordinación y la de dos personas más. Los tres nos encargamos de dirigir a los chicos que realizan tareas de mozo.
Ustedes están tratando de reinsertarse…
Yo estuve detenido tres años. Al recuperar la libertad, la gente de Economía se puso en contacto conmigo para facilitarme la reinserción y la reinversión que necesito para poder insertarme de nuevo ene le medio. Esto fue gracias a cursos que hice cuando estuve detenido. Esa es mi historia. Hoy tengo una empresa que está funcionando, arrancó este año, despacito. Aspiramos a que crezca y poder dar empleo, especialmente.
¿Hay un antes y un después de lo que te pasó?
Sí, claro que hay un antes y un después. Por ejemplo ahora estoy en tercer año de abogacía, salgo de acá y voy a cursar. Para el que quiere y se da cuenta (hay que darse cuenta y trabajar en función de eso) se puede replantear que es lo que no querés para tu vida y lo que sí querés.
¿Hay otras personas como vos en este grupo?
Si bien no los conozco bien, porque no hemos trabajado particularmente con cada uno sino en grupo, sabemos que hay gente que no quiere exteriorizar lo que le pasó por temor a la discriminación, porque todavía están presos mentalmente. Hay un montón de cuestiones que son más que nada un ejercicio mental, que si no lo podemos lograr solos, por ahí necesitamos ayuda. Sé que hay más personas en el grupo que han pasado por una situación similar a la mía pero no la tengo identificada.
¿Te sentís liberado?
Sí. Por ahí siempre esto es una mochila que llevamos y siempre la vamos a llevar. No nos olvidemos que alguien que tiene antecedentes penales prácticamente tiene el trabajo formal vedado, tiene vedado el acceso a una obra social, el acceso al crédito por esta situación. Entonces cuando uno piensa en esas cosas, por ahí le pesa. Porque en mi caso particular soy un eterno optimista, siempre pienso que lo mejor está por venir. Espero que con la carrera y con la empresa, que se empiece a manejar por sí sola, ya empiece a caminar bien. Espero que lo mejor esté por venir.
¿Qué tareas realizan hoy?
Nosotros estamos encargados de los mozos, esa es la parte mía: coordinar y organizar a los mozos y conectar con la cocina y los comensales. Ver que estén todos los mozos en su lugar, que no falte la comida, lo mismo para reponer, limpiar todo lo que hace la parte de un evento, por ahí los concurrentes no lo notan, pero requiere de mucho trabajo.
¿Cuántas mujeres hay en el grupo?
Seremos mitad por mitad.
¿Este es el evento más importante en el que les ha tocado trabajar?
En lo personal, sí. Con nuestra empresa trabajamos cuando estuvo la Cumbre de Presidentes. Nosotros hicimos el foro social en Las Heras, en el Polimeni. En lo particular fue una gran satisfacción, ya que la comitiva de Evo Morales comió en la cocina con nosotros. Fue algo muy gratificante. En cuanto a importancia por la cantidad de personas y por la cantidad de negocios y oportunidades, yo creo que en mi caso personal es el evento más importante en que he participado.
¿Tu familia te acompaña en todo esto?
Sí. Mi señora, con la que ya llevamos 30 años de casados, mis hijos. En ese sentido, tengo una familia hermosa, que me ha acompañado siempre. Jamás me dejaron abandonado. Comprendieron la situación, y bueno, es tiempo pasado. Si bien en lo personal trato que no me pese, en general cuando me toca hablar del tema, en donde sea y con quien sea, lo hago con soltura porque es algo que ayuda a ir aliviando un poco la mochila que llevamos.