El punto de partida ha sido el primer estudio epidemiológico a nivel nacional realizado a mayores de 18 años, financiado por el Ministerio de Salud de la Nación.
Tuvo como unidad ejecutora la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, a través de un convenio con el Consorcio Internacional de Epidemiología OMS/Universidad de Harvard y contó con el apoyo técnico de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA).
Los datos indican que uno de cada tres argentinos presentó un trastorno mental en algún momento de su vida. Mediante cálculos probabilísticos el riesgo estimado es de 37.1%. Para 2020 se considera que la depresión va a ser uno de los trastornos más frecuentes en la población general.
La prevalencia mayor por grupo fue trastornos de ansiedad 16.4%, lo que incluye fobias específicas, ansiedad generalizada, trastornos por ansiedad de separación, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno por estrés postraumático, la fobia social, los trastornos de pánico y agorafobia.
En segundo lugar, aparecen los trastornos depresivos, bipolaridad y distimia. Y tercero, los trastornos por abuso de sustancias.
Se estima que el consumo de sustancias adictivas se ha incrementado un 1200% en los últimos 10 años. El abuso de alcohol está a la cabeza, es la endemia principal de los trastornos mentales en Argentina.
En Mendoza, no se cuenta con estadísticas sobre la salud mental, lo que dificulta la implementación de cualquier tipo de programa de salud. También provoca una pérdida de recursos, no sólo en lo económico, sino también de recursos humanos, tiempo de pacientes y profesionales de la salud.
Un grupo de 15 profesionales psicólogos, de reconocida trayectoria y prestigio en nuestro medio, está trabajando abocado a lograr estadísticas e información veraz sobre el estado de la Salud Mental en Mendoza.
Consideramos que es posible y un deber asumir esa responsabilidad y darle "visibilidad" a esta problemática, para que empiece a figurar en la agenda y los presupuestos del Estado y las instituciones privadas de salud.
Para ello, hemos iniciado contactos con autoridades del área de Salud Mental de la Provincia, e instituciones académicas de grado y posgrado afines, para diseñar una primera herramienta de recolección de datos, que dé inicio a un plan de investigación cada vez más profundo.
Contar con datos epidemiológicos propios es fundamental, para que la población comprenda la gravedad y alta frecuencia de los trastornos mentales. Y que los esfuerzos se direccionen a la comprensión, para terminar con el estigma que padecen las personas afectadas y sus familias, que al dolor del sufrimiento tienen que agregar vergüenza e incomprensión.
Muchas de las consultas que se realizan en los servicios de guardias hospitalarias o en los llamados a servicios de emergencia, están determinados por crisis emocionales agudas; las que frecuentemente terminan sin diagnóstico preciso y sin indicación específica para su tratamiento.
Cabe señalar que el estudio referido a nivel nacional, no incluyó niñez y adolescencia, que se presenta como un segmento altamente vulnerable de la población. Es un hecho que ha aumentado la tasa de embarazos a una edad cada vez más precoz, y lo mismo ha ocurrido con los intentos de suicidio, que muchas veces terminan en una lamentable pérdida.
Por este motivo, también se trabaja en un proyecto de desarrollo de un Centro de Salud Mental para el niño y la familia. Nuestra propuesta es que dicha posibilidad sea hecha en el marco del Colegio de Psicólogos de Mendoza, dado que cuenta con un inmueble que podría destinarse a tal fin. En este ámbito podría sumarse el área de Salud Perinatal, que incluye embarazo y primeros años de vida.
Contar con estos valiosos datos en Mendoza, posibilitará incorporarlos a la currícula de estudio de las carreras de grado, no sólo como un tema de interés académico, sino también ético. Saber de qué sufre nuestra población y formarnos para poder brindar una respuesta eficaz a sus demandas.