Estudiar en serio el plantar tomates

La cooperación entre los distintos actores de la cadena productiva del tomate es un verdadero modelo a imitar teniendo en cuenta el éxito obtenido en casi 20 años de actividad.

Estudiar en serio el plantar tomates

Hace algunos días, en oportunidad de inaugurar una planta industrial procesadora de tomates en San Martín, el Gobernador instó a remplazar cultivos de uvas criollas por cultivos de tomate para industria. En apoyo de sus afirmaciones dio algunos datos interesantes.

ijo que la planta industrial de la empresa Baggio procesará en la próxima temporada unas 100.000 toneladas de tomate, para lo cual se necesitarán cultivar unas 1.400 hectáreas considerando rendimientos de 70/80 toneladas por ha. Un punto muy importante de su argumento es la afirmación de que el tomate este año se estaba pagando entre $ 0,85 y $ 1,00 por kilogramo y cobraba a 60 o 90 días como máximo.

l ministro Costa expresó su apoyo a las opiniones del Gobernador. Frente a estas declaraciones el Centro de Bodegueros y Viñateros ha reaccionado con “cajas destempladas”, diciendo que las “considera ofensivas hacia miles de familias que, por generaciones, han hecho de la vitivinicultura no sólo un medio vida sino que han mantenido el arraigo en el oasis”.

Más allá de los atractivos que tiene el ya largo contrapunto entre el Gobernador y la entidad empresaria del Este, parece conveniente centrarse en el asunto de fondo: la producción de tomate para industria como alternativa para la agricultura de aquella zona.

No es aventurado afirmar que el cultivo de tomate para industria es la actividad agrícola mejor estudiada en la región y donde existen las experiencias más positivas de vinculación entre los distintos actores. Ello es así por la existencia de la Asociación Tomate 2000 y la Estación Experimental de La Consulta del INTA. Pero antes veamos algunos datos del sector agrícola y la industria procesadora que ayudan a poner en contexto los dichos del Gobernador.

El tomate industrializado en diversas formas, junto al tomate para consumo en fresco, constituye uno de los productos alimenticios de consumo masivo en nuestro país. En Argentina, el área cultivada con tomate para industria es variable de un año a otro. Tomando números gruesos se pude decir que la producción anual ronda las 420.000 toneladas. en la superficie de unas 7.000 hectáreas. De esa superficie unas 4.800 has corresponde a Cuyo: 3.500 a Mendoza y unas 1.300 a San Juan; el resto, en Río Negro y las provincias del NOA. En materia de rendimientos, el primer lugar lo ocupa San Juan seguido de Mendoza. Los rendimientos son bastante variables según las características del cultivo. Algunos productores pueden triplicar los de otros. Argentina aún no se autoabastece del industrializado pero lo importante es que cuando se contrastan los números de has y toneladas requerido por la nueva planta de procesamiento, con los totales precitados, se advierte que se trata de asuntos de envergadura.

Ahora volvamos a la Asociación Tomate 2000, creada en 1996 con la finalidad de “desarrollar investigación y transferencia de tecnología en tomate para industria, para lograr una agroindustria sustentable focalizada en la innovación tecnológica y organizacional que contribuya al desarrollo regional”. El Programa Tomate 2000 es el resultado de la elaboración conjunta de la Secretaría de Agricultura, del INTA de La Consulta, de la provincia de Mendoza, un importante grupo de empresarios de la actividad privada -crecientes productores de Mendoza y San Juan, viveristas, proveedores de insumos para el agro y la industria- y la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim).

Dice la Asociación que “tiene su principal motor en la voluntad expresa de los industriales en comprometerse con el desarrollo de la actividad, con la convicción de que, para alcanzar el grado de competitividad que demandan hoy los mercados, es la cadena agroalimentaria en su conjunto la que debe lograr un equilibrio de intereses”. Esta forma de cooperación entre los distintos actores de una cadena productiva, es verdadero modelo a imitar y el éxito obtenido en casi 20 años de trabajo, es ejemplar. Basta un dato: los productores que participan en el Programa han triplicado o cuadruplicado los rendimientos en ese lapso. El supervisor del programa, desde su inicio, es el Ing. Agr. Cosme Argerich, un reconocido especialista en el tema, que plasma anualmente, en su informe, valiosísimos conocimientos.

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