Pendientes del dólar, la inflación, las Lebacs; haciendo malabares para llegar a fin de mes y hasta buscando segundos trabajos para compensar la enorme pérdida del poder adquisitivo. Cambiando de marcas, persiguiendo ofertas y posponiendo proyectos. Así, o quizás en peores condiciones, se encuentran muchos mendocinos tratando de sortear la actual crisis económica.
Se trata de una serie de situaciones externas que inevitablemente afectan a la vida cotidiana de las personas y que generan malestar, sufrimiento, frustración, estrés, angustia y ansiedad, tal como enumeraron expertos consultados por este diario. Peor aun cuando se trata de situaciones que en nuestro país se repiten de forma cíclica y que llevan a recordar crisis anteriores como la hiperinflación de fines de los 80 y la de 2001, que hasta causó mayor mortalidad asociada a problemas cardíacos. Ante la situación actual recomiendan bajar las expectativas, centrarse en el autocuidado, concretar proyectos más posibles y fortalecer los vínculos sociales.
Tal como explicó el psicólogo Mauricio Fracapani, durante este tipo de crisis se han constatado reacciones psicológicas indeseables tales como frustración, angustia, estrés y ansiedad. "Estas reacciones de alguna manera tienen que ver con la incertidumbre respecto del contexto. En la situación actual que estamos viviendo por momentos se torna todo tan impredecible que no hay manera de anticipar lo que va a pasar en corto plazo", precisó. Para él, la angustia está relacionada sobre todo con el futuro y la frustración con aquello que se programó y no se pudo concretar. "Me imagino una realidad posible y termina siendo totalmente distinta", apuntó el profesional y puso como ejemplo que muchas personas empezaron 2018 planeando viajes que ahora se volvieron imposibles.
Por otra parte, Fracapani aclaró que no todas las personas reaccionan de la misma manera ante este estímulo negativo. "Hay sujetos que afrontan mejor lo que les toca y otros más frágiles, que se ven más resentidos: depende de la estructura psicológica de cada persona", diferenció. De todas formas a nivel general remarcó que en la calle se ven personas quejumbrosas, con sensación de hartazgo y signos de agotamiento. "Es que a esta situación de crisis se le suma la altura del año, cerca del final, lo que termina siendo un combo bastante complejo", indicó.
Por su parte, el psiquiatra Benigno Gutiérrez reconoció que por la crisis aumenta enormemente la angustia de las personas.
“Aparece lo que se llama ‘expectación angustiosa’, que implica en términos sencillos abrir los ojos con recaudo para ver qué se puede venir”, señaló. Para el médico, este estado creciente produce malestar. “Si bien no suele tratarse del motivo principal de la consulta, siempre sale el tema de la crisis económica ya que aparece como un trasfondo”, aseveró Gutiérrez.
Añadió, además, que esta angustia suele ir acompañada de miedo, lo que hace que la persona se vuelva más cauta, más ahorrativa y por lo tanto inhibe partes de sus modos habituales de vivir. "Algunas veces porque no puede seguir como antes y otras por precaución", explicó.
Entorno vinculado
Consultado al respecto, el psicólogo Mario Lamagrande, detalló que en las clasificaciones actuales los aspectos culturales y sociales son tenidos en cuenta en la salud de la persona, ya que es muy difícil pensar una realidad de un sujeto desvinculado de su entorno.
Así, para el experto es inevitable que la persona no se vea de alguna manera afectada por la crisis actual, aun cuando no se vea perjudicada directamente en términos económicos. "Hay gente que todavía puede ahorrar pero tiene la vivencia como la de la persona que no llega a fin de mes ya que se trata de una es una experiencia social", manifestó. Esto se da, tal como comentó, ya que como sociedad estamos tan sumergidos en este concepto de crisis que se da como una "híper vivencia" de lo que está pasando. "Lo que implica sentir el malestar amplificado y muchas veces la percepción es de una catástrofe", dijo Lamagrande. Así aseguró que aparecen más síntomas de desesperanza que afectan en mayor medida a aquellos que padecen trastornos ansiosos o anímicos.
En tanto, la psicoanalista Viviana de María coincidió al señalar que el psiquismo no vive solo, sino que vive inserto en una sociedad.
"Como lo externo afecta, es esperable que las situaciones críticas económicas y sociales cuestionen y pongan en riesgo toda la estabilidad que se logra a través de una vida en la que uno puede proveerse el sustento", expuso. Por esa razón se observa un aumento del sufrimiento psíquico y un cambio negativos en el humor social.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Ante una situación adversa como la crisis económica del país, expertos en salud mental recomiendan tomar distintas actitudes para enfrentarlas de la mejor manera.
Mario Lamagrande aseguró que es fundamental salir del circuito del malestar. "La idea es que la familia entienda que vivimos en un mundo cambiante en el que a veces uno genera expectativa irracionales, por eso hay que aprender medirlas, trabajar en la motivación y tener más proyectos a corto plazo", enumeró. También recomendó enfocarse en las actividades de autocuidado y valorar lo que tenemos. "Si tenés salud, si tenés junta a la familia, por ejemplo, hay que poner el foco allí", manifestó.
En tanto el psicólogo Mauricio Fracapani apuntó a recuperarse ante los planes frustrados por la crisis. "Se le pueden haber frustrado algunas ilusiones, pero está en la persona la capacidad de sobreponerse", expuso. Para él, se trata de un proceso que lleva dos pasos "despegarse" del proyecto anterior y evaluar una nueva posibilidad con las nuevas circunstancias. "Siempre hay, pero es necesario tener los ojos bien abierto para verlas", subrayó.
Por su parte, la psicoanalista Viviana de María hizo hincapié en manifestar el malestar en el ámbito público ya que es allí donde se produce. “De esa forma se produce una hermandad, una solidaridad y uno no se siente tan solo. Si bien igualmente se sufre, se transita de otra manera", precisó.
Como ejemplos de lugares para restablecer lazos sociales mencionó ferias americanas y de usados donde otras personas también están transitándolos efectos de la crisis.
"Siempre la salida es colectiva", remarcó. Por el contrario llamó a evitar aislarse. "Que no se queden quietos sino que salgan al encuentro con otros", recalcó.