El martes tendrá lugar en el Teatro Real de Madrid el esperado estreno de “El americano perfecto”, la ópera de Philip Glass sobre Walt Disney. Es la primera vez que una ópera se inspira en la figura de Disney. No deja de ser curioso que hasta el momento nadie se haya ocupado de un personaje tan fascinante, además de tan apropiado para la ópera en su cruce de géneros y fantasías sinfónicas.
Tal vez a los compositores estadounidenses se les escapó justamente por tenerlo tan al alcance de la mano. De hecho, la idea de esta ópera provino de un europeo: el belga Gerard Mortier, imaginativo director del Real de Madrid e instigador de la renovación operística en todos los frentes. Mortier le dio idea a Glass hace cuatro años y le indicó también cuál podría ser la base del libreto:
“The Perfect American”, la biografía novelada sobre Disney que publicó el estadounidense Stephan Jungk en 2004. La única condición que le impuso Mortier a Glass fue que se abstuviera de usar al ratón Mickey o cualquiera de los entrañables personajes de la factoría Disney, a fin de pagos o problemas de derechos. Pero difícilmente Glass hubiera recurrido a esas criaturas, ya que su ópera tiene más que ver con el mundo interno de Disney.
Narrada por Wilhelm Dantine, un dibujante de los estudios Disney, la "biografía" recorre los últimos meses de la vida del animador, y los recorre por su lado más oscuro (vuelven los cargos sobre el antisemitismo y racismo de Disney). Por su lado, Glass asegura que Disney, como Gandhi (la figura central de su ópera “Satyagraha”, de 1980) y los demás personajes que le han interesado, tiene "los pies en el barro y la cabeza en las nubes".