Los rebeldes prorrusos infligieron ayer un nuevo revés a las autoridades de Kiev, obligando al ejército ucraniano a abandonar la ciudad de Debaltsevo en el Este del país tras encarnizados combates.
Occidente acusó de inmediato a los separatistas de violar el alto el fuego acordado la semana pasada, y la OTAN exigió a Rusia que retire “todas sus fuerzas” del este de Ucrania, pero para los insurgentes la operación de Debaltsevo supone otra victoria militar y un nuevo avance territorial.
La zona controlada por los rebeldes es relativamente homogénea y une los territorios rebeldes de Lugansk y Donetsk; las dudas que surgen ahora es si los insurgentes tratarán de seguir avanzando hacia el oeste o el sur.
Ante el cambio en el equilibrio de fuerzas, los presidentes francés, François Hollande, ucraniano, Petro Poroshenko, y ruso, Vladimir Putin, y la jefa de gobierno alemana Angela Merkel, debían mantener una conversación telefónica esta madrugada.
Vestido de militar y con el semblante serio, Poroshenko anunció por la mañana la retirada de Debaltsevo desde el aeropuerto de Kiev, antes de viajar a la línea del frente y reunirse con los soldados que dejaron la ciudad.
“Esta mañana, las fuerzas armadas ucranianas y la guardia nacional concluyeron la operación de evacuación planificada y organizada de nuestras unidades militares de Debaltsevo”, dijo Poroshenko.
Kiev pide armas a EEUU
La Unión Europea (UE) consideró que la toma de la ciudad por los separatistas es una “clara violación del alto el fuego”.
“Rusia y los separatistas deben inmediata y plenamente aplicar los compromisos adoptados en Minsk, empezando por el respeto al alto el fuego y la retirada de todas las armas pesadas”, insistió la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, en un comunicado.
Desde Riga, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exigió a Rusia que retire “todas sus fuerzas militares del este de Ucrania”, “cese su apoyo a los separatistas” y respete el alto el fuego acordado en Minsk.
“Las tropas rusas, la artillería y las unidades de defensa antiaérea, así como los elementos de comando y de control, siguen activos en Ucrania”, denunció.
En este contexto de creciente tensión, Poroshenko reiteró a Washington su demanda de que se entregue a Ucrania armas defensivas, durante una conversación telefónica el martes por la noche con el vicepresidente Joe Biden.
Pero los dirigentes europeos no renuncian a una solución diplomática. El portavoz del gobierno francés, Stéphane Le Foll, anunció ayer que una entrevista telefónica tendrá lugar por la noche entre Hollande, Merkel, Putin y Poroshenko.
Según París, el acuerdo de Minsk sobre Ucrania "no está muerto" y Francia "hará todo para hacerlo vivir" pese a la toma de Debaltsevo.
La ofensiva rebelde fue lanzada el martes, en el tercer día de una tregua acordada la semana pasada tras una noche de negociaciones en Minsk (Bielorrusia) entre los dirigentes ucraniano, ruso, francés y alemán.
El balance de muertos tras la victoria separatista es, cuanto menos, contradictorio. El presidente Poroshenko mencionó un balance "preliminar" de 30 heridos en la evacuación de un total de 2.000 soldados, pero ciertos medios ucranianos hablan de más de cuarenta.
El ejército informó de al menos cinco soldados muertos en las últimas 24 horas, pero el director de la morgue de Artemivsk, la ciudad a una treintena de kilómetros de Debaltsevo donde se han replegado las tropas de Kiev, indicó a la AFP que había recibido 13 cuerpos de soldados ucranianos.