La horticultura es una actividad intensiva que aporta gran valor agregado y se caracteriza por su complejidad, diversidad y ubicuidad.
Es compleja porque comprende desde sistemas de cultivos extensivos, como la producción de papa, hasta muy intensivos como la producción de tomate bajo cubierta; sistemas de producción de subsistencia, hasta grandes empresas conserveras y deshidratadoras.
Es diversa en cuanto al número de cultivos involucrados, más de 90, y por la multiplicidad de estratos productivos, desde pequeños productores minifundistas hasta grandes empresas. Se caracteriza por estar en regiones de climas muy diversos, de allí su ubicuidad.
La actividad ocupa el 2% de la superficie destinada a la agricultura en el país; sin embargo, representa alrededor del 11% del producto bruto agrícola. La superficie implantada varía de año en año, dado que gran parte de los cultivos son anuales. La horticultura nacional abarca alrededor de 500.000 hectáreas y ocupa alrededor de 10 millones de jornales por año, lo que la transforma en una de las actividades de mayor valor social.
Alrededor del 93% de la producción nacional de hortalizas se destina al mercado interno y el 7% se exporta. Tres cultivos, poroto, ajo y cebolla, representan el 97% del valor de las hortalizas exportadas por nuestro país.
En los últimos años se han incrementado las exportaciones de las hortalizas nombradas, pero también de otras como zapallo, zanahoria y papa. El principal destino de las exportaciones es Brasil y luego figuran la Comunidad Económica Europea y países limítrofes como Uruguay, Paraguay y Chile
En Mendoza se destinan alrededor de 40.000 hectáreas a la producción de hortalizas, que representan cerca del 9% de la superficie nacional. Los principales cultivos son ajo, papa, tomate para industria, cebolla, zanahoria, zapallo, lechuga, maíz dulce, melón y poroto para chaucha.
Además se cultivan, sandía, brócoli, alcaucil, espárrago, frutilla, batata, espinaca, apio, remolacha, pepinos, entre otras hortalizas. Las superficies cultivadas con cada especie varían de año en año, tal cual ocurre en el orden nacional.
La percepción de que este año la superficie con hortalizas en la provincia se ha reducido es correcta, dada la disminución registrada en el cultivo de ajo, el principal cultivo hortícola de la provincia, pero no indica una tendencia, ya que de mejorar las condiciones macroeconómicas, esto puede revertirse rápidamente.
La provincia lidera la producción de las llamadas "hortalizas pesadas" (ajo, zapallo, papa, cebolla, zanahoria), de tomate para industria, de hortalizas deshidratadas y es una importante zona productora de semillas hortícolas.
Mendoza es también un centro de abastecimiento para el sur del país, a través de la logística que poseen algunos mercados concentradores, como el de Guaymallén y empresas distribuidoras pertenecientes a grandes cadenas de supermercados.
Es la segunda exportadora de ajo a nivel mundial, sin embargo, Brasil es el principal destino de estas exportaciones y para evitar ser muy dependientes de este mercado es prioritario diversificar la producción para acceder a otros mercados.
Otra característica importante la constituye el ser sede de instituciones de investigación y transferencia de tecnología, que poseen grupos de trabajo especializados en horticultura (INTA, Facultad de Ciencias Agrarias, Iscamen, IDR, INTI). Por otra parte es sede del único posgrado de horticultura del país, el cual se dicta en la FCA (UNCuyo).
Los problemas que tiene el sector hortícola provincial son complejos. El conjunto de la producción hortícola es trasladado a grandes distancias, a los principales centros de consumo, con importantes pérdidas debido al mal manejo post cosecha, transporte y logística. La calidad de los productos, mayoritariamente comercializados a granel, los hace poco competitivos. En general, no existe una verdadera tipificación del producto. No se etiqueta con información al comprador.
En productos exportables como el ajo y la cebolla, los costos internos son altos y comprometen la competitividad.
Desde una mirada ambiental existen problemas de trazabilidad e inocuidad, hay rebrotes recurrentes de plagas y enfermedades, deterioro físico-químico-biológico del suelo y contaminación del medio ambiente, especialmente en cinturones hortícolas; problemas con el registro de agroquímicos; baja eficiencia en el uso del agua y en algunas zonas problemas de salinización de suelos.
Existe además un inadecuado manejo de los residuos tras la cosecha. Se detecta también un incremento de inoculación de hongos del suelo en todas las zonas productoras, que comprometen el futuro de hortalizas como el ajo y la cebolla.
Una estrategia innovadora para incrementar la competitividad interna y externa de la producción de hortalizas es a través de una mayor diversificación, intensificación y diferenciación productiva, en un marco de sostenibilidad ambiental e inclusión social.
Algunas tendencias que marcarán el futuro de la horticultura en la región son las siguientes:
* El consumo de hortalizas aumentará por su vinculación con sus efectos benéficos para la salud humana. Como consecuencia, se registrará un aumento de la producción local, sumado a la generación de cultivares y prácticas de manejo que mejoren las propiedades funcionales.
* Las exportaciones hortícolas a contra estación aumentarán dada la globalización del comercio.
* El aumento del precio de los combustibles fósiles incidirá en el costo de los fletes, valorizando las producciones locales.
* La aplicación de normas de buenas prácticas y protocolos de producción contribuirán a la producción de hortalizas con menor riesgo para el ambiente y con bajos niveles de residuos de plaguicidas.
* Se incrementará el uso de sistemas de riego presurizados, que contribuirán a un uso más eficiente del recurso y a la vez al aumento de la productividad.
* Será cada vez más importante la mecanización, especialmente para las labores de implantación y cosecha de los cultivos.
* La generación de cultivares resistentes a factores bióticos y abióticos contribuirá a una producción competitiva y sobre todo más sustentable de hortalizas.
* Se incrementará la producción de hortalizas bajo cubierta.
* Se incrementará el valor agregado en gran parte de las cadenas hortícolas a través de procesos de industrialización, como producción de hortalizas deshidratadas, de cuarta gama y congeladas.
* El ordenamiento territorial contribuirá a seleccionar zonas de producción hortícolas en los cinturones periurbanos, que minimicen riesgos de contaminación y garanticen sustentabilidad al sistema.