Dentro del rico historial que tienen los Pumas, frente a las potencias del rugby, el duelo del domingo próximo contra Australia, por las semifinales del Mundial de Inglaterra, asoma como un nuevo capítulo dentro de un clásico con muchos episodios recordados.
Si bien los cruces se hicieron más cercanos a partir del desembarco albiceleste en el Rugby Championship, la rivalidad surgió hace 36 años, con los primeros test-matches, jugados al calor de los extintos tablones de la cancha de Ferro, en Caballito.
En concreto, Pumas y Wallabies se enfrentaron en 24 ocasiones, con un saldo netamente favorable para Australia, que ganó 18 cruces; exactamente el 75 por ciento. Igualaron una vez y los argentinos se impusieron en cinco oportunidades. Sin embargo, la cifra cobra mayor relieve si se tiene en cuenta la diferencia con los rivales poderosos del Sur: la Argentina recién este año le ganó por primera vez a Sudáfrica, y nunca pudo superar a Nueva Zelanda.
Los cruces mundialistas
Para el Mundial de 1991 en suelo británico, la Argentina desembarcó con un plantel renovado respecto de la primera Copa del Mundo, con apenas tres 'sobrevivientes': Diego Cash, Diego Cuesta Silva y Guillermo Angaut. El equipo dirigido por Lucho Gradín y Guillermo Lamarca se presentó ante Australia el 4 de octubre de 1991 en el Stradey Park de Llanelli, en Gales, con una derrota por 32-19 frente a quien sería el campeón de aquel certamen.
El tucumano Martín Terán anotó dos tries, y el resto llegó con una conversión y un penal de Guillermo Del Castillo y dos drops de Lisandro Arbizu. Australia hizo lo suyo con tries de David Campese (2), Tim Horan (2) y Phil Kearns; redondeó Lynagh con dos penales y conversiones.
Volvieron a enfrentarse doce años después, en el estadio Telstra de Sydney, inmediatamente después de la ceremonia inaugural del Mundial de Australia 2003. Dirigidos por Marcelo Loffreda y Daniel Baetti, los Pumas cayeron holgadamente ante el seleccionado local por 24-8.
Un try de Ignacio Corleto y un penal de Felipe Contepomi fueron los únicos puntos marcados en un debut complicado, con un rendimiento que no estuvo a la altura de la exigencia que representaba el rival. Wendell Sailor y Joe Roff pisaron en el in-goal argentino para una lógica victoria australiana, más una conversión y cuatro penales de Elton Flatley.
En el Rugby Championship
En 2012, la Argentina se sumó al torneo conocido previamente como Tri-Nations, con Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, y que fue rebautizado como Rugby Championship. Desde entonces, hubo siete cruces entre los Pumas y los Wallabies, con seis éxitos para los oceánicos, incluido el último, el 25 de julio pasado, por 34-9, en Mendoza.
En el mismo escenario, el estadio Malvinas Argentinas, el seleccionado dirigido por Daniel Hourcade obtuvo su único éxito, el 4 de octubre del año pasado, por 21-17. Fue, también, el primer triunfo de los Pumas en el Championship, luego de 17 derrotas y en su tercera participación.
Un triunfo enorme, porque le puso fin a una extensa sequía, cuando arreciaban los cuestionamientos sobre el hecho de enfrentar a las potencias sin poder superarlas, y porque revitalizó al equipo a un año del Mundial, y significó el convencimiento de que se estaba en el rumbo correcto.
Y eso que el comienzo no fue el mejor, porque Tevita Kuridrani puso adelante a Australia con un try a los 4 minutos; encima, poco después Scott Higginbotham pisó por segunda vez el ingoal Puma. Bernard Foley convirtió y el equipo argentino estaba 0-14.
Pero los Pumas, lejos de rendirse, fuern por el descuento; Leonardo Senatore apoyó el primer try, decisivo para volver a creer; con un penal, cerró 8-14 el primer tiempo, y en el segundo el equipo nacional salió con todo a llevarse por delante a los Wallabies; Nicolás Sánchez volvió a acercar con otro penal, y Foley volvió a estirar la cuenta (11-17).
Pero llegó otro instante decisivo: Senatore comenzó la jugada tras un scrum, que terminó con el try de Juan Imhoff y la conversión de Sánchez para pasar al frente; un último penal ayudó para llegar con un poco de aire en los últimos minutos, cuando afloró la resistencia para quedarse con un triunfo histórico, definitivamente inolvidable.
“Ya le ganamos una vez, por qué no se le puede ganar otra”, dice Santiago Cordero, una de las revelaciones de este torneo. “El rugby Championship sirvió para la confianza. Antes nos medíamos con los mejores muy pocas veces y siempre se perdía.
Ahora se le ganó a los Wallabies y los Boks, te das cuenta que se puede y no es imposible. Jugando y comparándote con ellos es la mejor forma de no verlos como invencibles. El equipo está muy confiado”, explicó Matías Moroni.