“Más perdido que Magneto en Villa Gesell”. Uno de los errores más comentados del cine finalmente tiene explicación. Más allá de refrescar la franquicia mutante con los orígenes de Charles Xavier y Magneto, “X-Men: primera generación” (X-Men: First Class, 2011) quedó en la memoria de los fanáticos porque mostró a una Villa Gesell repleta de montañas. Muchas teorías deambularon pero, nueve años después, el “culpable” finalmente reveló qué pasó cuando el equipo de producción de la película googleó el nombre de la ciudad turística.
La afamada escena tiene como protagonista a Magneto (Michael Fassbender), quien viaja a la Villa Gesell montañosa en busca de Sebastian Shaw (Kevin Bacon), el mutante y ex líder nazi que mató a su madre. Incluso, en el bar, uno de los clientes dice “cabrón”, palabra que ni siquiera se usa en Argentina.
La elección de la ciudad, más cercana a Bariloche o Villa La Angostura, tiene su fundamento por las colonias alemanas asentadas en nuestro país tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, siempre llamó la atención la elección del nombre, más tratándose de una localidad balnearia totalmente opuesta a la Patagonia.
Sebastián Iglesias, residente en Villa Gesell desde 2009, es publicista. A través de una publicación en Medium realizada días atrás, acabó con el misterio y se adjudicó el error: ”Yo fui culpable de que en X-Men le pongan montañas a Villa Gesell”.
La historia se remonta a una campaña publicitaria para la ciudad que consistía en “Podés ir a otro lugar, siempre volvés a Gesell”.
“La idea era que la gente comprendiera que el amor por Gesell era incondicional, tanto es así que millones de jóvenes que pasaron sus vacaciones en esta ciudad, luego volvieron una y otra vez de grandes. De ese razonamiento nació el concepto”, contó el creador.
Iglesias detalló que había preparado tres gráficas que mostraban tres emblemas visuales de Gesell, pero intervenidos con otros paisajes: “En una de las gráficas veíamos al parador Windy y, a unos metros en el mar, al faro del fin del mundo. En otra veíamos a la Araucaria y, adelante, gente abrigada con un perro San Bernardo con el típico barrilito colgado de su collar. Para cerrar la trilogía aparecía la obra gráfica que desató uno de los peores fake de la historia del cine”.
Se trata de una postal del arco de entrada a Gesell (”como que cuando lo pasás, ya metiste el gol”) con las montañas de fondo. “Sin saberlo, abrí un brecha en el espacio y tiempo”, confesó el publicista.
Al ver “X-Men: primera generación” en el cine, Iglesias se llevó la sorpresa de su vida: Villa Gesell era montañosa como había plasmado en su obra. Según él, si en esa época ponías en Google “Villa Gesell”, salía por todos lados la gráfica del arco de entrada con las montañas nevadas. Lo siguiente fue chequear su sospecha, así que decidió contactarse con la fuente directa.
“Luego de ver ‘X-Men’ busqué entre mis contactos a gente que trabajara en cine, alguien que pudiera darme data de algún miembro del team que formó parte de la megaproducción. La búsqueda dio resultado, un ex compañero de una agencia de publicidad conocía a un español que trabajaba para The Donners, una de las productoras de la película”, señaló el publicista.
Dijo que le llamó por teléfono al hombre y, dos meses después, le contestó por correo electrónico, reconociendo el error de público conocimiento.
“La situación tal cual me la describió el ‘gallego', la imagino de esta manera: un tipo cool recolectando información relevante de colonias alemanas en el mundo. Entre ellas, descubre a una ciudad hermosa donde su fundador, Carlos Gesell, es hijo de un muy reconocido economista alemán, Silvio Gesell. Leyendo también en internet (...) descubre que Gesell recibió una importante inmigración europea, con una nutrida colonia de alemanes. Busca fotos de Gesell (...) y ve la entrada de la ciudad, el arco de ingreso y de fondo: las montañas nevadas. Lo ve en diferentes imágenes de Google”, agregó.
“A las apuradas, tal cual así me lo describió el español, porque ese era el tiempo que manejaban para darle vida a ‘X-Men: primera generación’, le dan un look a Villa Gesell digno de un paisaje de Austria, puede que más similar a Bariloche, otra de las ciudades que recibió una importante colonia alemana, pero que nadie en su sano juicio le pondría arena y mar (...) En Gesell, sin embargo, todo puede pasar”, reconoció el argentino.
Quizás la anécdota más delirante tiene como protagonista a un grupo de turistas que arribó a Villa Gesell, pero atraído por la belleza cordillerana vista en la película de los mutantes de Marvel. Ocurrió en invierno de 2012, según Iglesias.
“No les estoy mintiendo, es real. Eran italianos, habían visto X-Men y los conocí de casualidad tomando un café en Bacará. Eran seis los tanos y realmente estaban decepcionados”, cerró.