La nunca fácil etapa de la adolescencia, muestra su cara más inocente en la historia de Naïma (Mina Farid), protagonista de “Una chica fácil”, reciente estreno de Netflix y cuarta producción de la cineasta francesa Rebecca Zlotowski.
El relato trata acerca de la llegada de Naïma, -quien cumplió 16 años el mismo día que terminó el colegio-, de visita a la casa de su prima Sofía (Zahia Dehar) en Cannes.
Desde el inicio del largometraje, se muestra el marcado contraste entre una y la otra, donde Sofía, unos años mayor y con mucha más experiencia, comienza a introducir a la joven recién llegada en una vida colmada de expectativas de lujo y desinhibiciones.
Con las playas de la Costa Azul como escenario, Zlotowski presenta la doble mirada de las primas acerca de las decisiones que determinan el camino del destino. Por un lado Sofía, hermosa, escultural, extrovertida y ambiciosa, no tiene reparos en gozan de la vida y del sexo cuando se presenta la oportunidad.
Naïma, por su parte, prefiere refugiarse en la tranquilidad de la buena compañía mientras ambas disfrutan de un paseo en yate al que fueron invitadas por un multimillonario brasileño llamado Andrés, excéntrico y coleccionista de arte, quien viaja en compañía de su asistente Philippe.
Así, Naïma queda expuesta en toda su inocente vulnerabilidad, desconociendo las implicaciones que tendría para una chica como ella (hija de la mucama de un hotel) involucrarse en un mundo de apariencias sociales, lujos y excentricidades -tal como la vida de su prima- o refugiarse en las calmas aguas de la servidumbre, eligiendo los brazos de Philippe, -por quien siente una incipiente atracción-, como destino de vida.
A este cuarteto, se suma Dodó (Lakdhar Dridi), amigo de Naïma quien también contrasta con la joven en dos aspectos: le incomoda la ostentación de la que hacen gala Andrés, el multimillonario coleccionista, y Sofía; y tiene clara su vocación de actor.
La película, ganadora del premio SACD en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes del 2019 y estrenada el 13 de agosto en Netflix, cuenta con algunas particularidades.
La mirada de la directora a través de los claroscuros que presentan las historias de ambas primas y que tiene un trasfondo vinculado con la situación de vulnerabilidad femenina.
Por otro lado, el papel protagónico de la exprostituta Zahia Dehar, protagonista de un escándalo sexual en 2009 junto a los futbolistas Franck Ribéry y Karim Benzema.
“Tengo simpatía por las mujeres víctimas del escarnio público”, dijo durante el Festival Zlotowski, en referencia a la actriz, y agregó “para ser feminista, no hace falta mostrar a mujeres astronautas o neurocirujanas. Es un placer para mí mostrar a mujeres en el cliché de la super feminidad”, dijo la directora, miembro del colectivo 50/50 que aboga por una mayor paridad en la industria del cine.