Hace pocas semanas atrás se conoció la noticia, que fue en realidad una confirmación tras largas especulaciones: Netflix empezará a ofrecer en su catálogo también videojuegos.
Desde el año que viene, la versión móvil de su aplicación los incorporará, pero sin precio adicional a la suscripción.
Mucho más no se sabe sobre esta expansión, para la que convocó a su equipo a Mike Verdu, quien trabajó para Electronics Arts y Facebook e intervino en la creación de videojuegos como Los Sims, Plantas vs Zombies, y Star Wars.
Algunos se sorprendieron ante el anuncio, aunque lo cierto es que Netflix ha dado varios giros durante su historia. Recordemos que empezó comercializando DVD’s a través del correo postal, siguió ofreciendo películas y series de forma “on demand” y hasta terminó produciendo sus propios contenidos en los últimos años.
No será una aventura fácil. Analistas del canal de noticias Bloomberg, que fue el que dio también la primicia, dejaron en evidencia que Netflix no tiene “infraestructura o experiencia para desarrollar videojuegos de primer nivel”.
“No tienen un catálogo de juegos, no cultivaron una base de jugadores en su audiencia. Tampoco tienen un estudio o una infraestructura interna para manejar un servicio”, dijo Lewis Ward, director de investigación de juegos de IDC.
Pese a todo, el gigante del streaming cree que este es el camino correcto. ¿Qué motivos habrá para tomar ese riesgo? A continuación tres factores que podrían aclarar el panorama.
1- Quiere explotar sus derechos
En junio Netflix dio a conocer el teaser del videojuego de “Stranger Things”, una franquicia que vendió al universo SMITE, creado por Hi-Rez Studios para Microsoft Windows, Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch.
No es de extrañar que la plataforma haya pensado en la posibilidad de desarrollar él mismo los videojuegos de sus títulos más famosos. Muchos de ellos tienen un fandom muy duro y cualquier contenido derivado de ellos tendría excelente recepción, especialmente entre los usuarios más jóvenes.
“Stranger Things” es el ejemplo más claro, pero, ¿por qué no imaginarnos uno de “The Witcher”? ¿O uno de “La casa de papel”, en el que los personajes afronten nuevas complicaciones en el Banco de la Moneda, o se propongan nuevos atracos? ¿O uno de “Black Mirror”, en el que el argumento gire en torno a los peligros del abuso o mal uso de la tecnología (recordemos que en “Bandersnatch” ya había probado nuevos formatos audiovisuales interactivos)?
El universo de posibilidades es muy grande y Netflix no quiere desaprovechar la oportunidad de explotarlas.
2- Necesita seguir creciendo
Hay también una razón estrictamente económica: en el segundo trimestre de este año, la compañía empezó a crecer con menos rapidez.
Claro que Netflix viene de un 2020 glorioso, en el que supo capitalizar muy bien las condiciones que impuso la pandemia: a causa del tiempo de ocio y las largas cuarentenas, vio subir el nivel de suscriptores como nunca antes.
Por ejemplo: en el segundo trimestre de este año sumó 1,54 millones de usuarios; pero en el mismo período del año pasado, llegó a los 16 millones.
Hay que agregar el factor de cómo la pandemia sigue alterando la mayoría de los rodajes, lo que se traducirá en algún momento en escasez de contenidos originales. Y esto sin contar eventuales olas de cancelaciones, como sucedió con la película “Cuties”.
En un mercado financiero en el que importan mucho los números duros y los pronósticos de crecimiento, la plataforma tiene que ofrecer una imagen pujante y expansiva.
3- Tiene que desafiar a la competencia
Relacionado con el punto anterior, Netflix le dijo esto a sus accionistas a través de una carta: “Vemos los juegos como otra nueva categoría de contenido para nosotros, similar a nuestra expansión a películas originales, animación y televisión sin guion”.
Está claro que la idea no es salir a competir con las consolas, sino con servicios como los que Apple ofrece en Apple Arcade o Google en Stadia.
Pero, antes que todos los competidores, está Disney, la sombra que siempre lo acosa. Y un verdadero ejemplo de cómo se puede formar una gran industria del entretenimiento, que incluya mucho merchandising y hasta parques temáticos (el último en incorporarse es uno sobre el Universo Marvel).
Solo es cuestión de tiempo para ver si este nuevo paso que Netflix da lo llevará por un buen camino o será un sonante fracaso.