El próximo 25 de febrero, Felipe y Marta Fort cumplen 18 años y con la mayoría de edad de los hijos de Ricardo Fort, terminaba el rol de tutor legal que tenía a cargo Gustavo Martínez desde la muerte del empresario en 2013. Pero este miércoles, el personal trainer se quitó la vida, días antes de que se cumpla el plazo.
Martínez fue el hombre de máxima confianza de Ricardo Fort hasta su muerte, por lo que previo a morir, decidió dejarle su tesoro más preciado a él, quien fue su pareja y la persona en quien más podía confiar la vida de sus hijos.
Gustavo pasó a ser la figura paterna de Martita y Felipe desde que los mellizos tenían nueve años. Junto a Marisa, la ex jugadora de la Selección Argentina de Hockey que es niñera de los chicos, siempre estuvo presente en cada etapa de la vida de los aún menores y las tareas del día a día, ya que vivía con ellos.
Pero su rol de tutor no era solo el de cuidarlos, sino también que se encargó de administrar el dinero de los chicos. Es que el patrimonio que hoy pertenece a los mellizos incluye un porcentaje de la empresa FelFort, autos, todos radicados en Argentina y la porción accionaria que ronda en un 33 por ciento entre los dos.
Los dos hijos de Fort están incluidos, al igual que sus tíos, en la división de ganancias de la empresa familiar, aunque al ser menores aún no pueden disponer de los dividendos correspondientes.
El rol de tutor legal de Gustavo Martínez para con los hijos de Ricardo Fort
A partir del momento en el que Gustavo Martínez pasó a ser el tutor legal de los mellizos Fort, la empresa le entregó una mensualidad para la manutención de Marta y Felipe, suficiente para pagar colegio, casa, niñera, seguro de los autos que les pertenecen, vacaciones y demás.
Y este dinero, según confirmaron hace un tiempo allegados a la empresa, es luego descontado de los dividendos que deban percibir los chicos.
Gustavo era el administrador de los bienes de los hijos de su amigo, pero todo lo que él hiciera era controlado por un asesor de menores de un juzgado, a quien debía rendirle cuentas. También es la figura a quien tenía que avisarle cada vez que salía del país, aunque no necesitaba autorización para hacerlo.
Aunque Gustavo siempre se mostró transparente y desinteresado en el dinero de los hermanos. Incluso, nunca dejó de trabajar como entrenador. Lo importante para él siempre fue el bienestar de los niños en todo sentido y fue quien los cuidó de todo, incluso de lo mediático.
Todas estas responsabilidades terminaban el 25 de febrero, día en el que Martita y Felipe cumplen la mayoría de edad. A partir de ese momento, ambos podrán disponer del dinero de los dividendos de la empresa y tomas sus propias decisiones.
Sin embargo, los chicos están contenidos por Marisa, la niñera, y Eduardo Fort, el hermano de Ricardo con quien los mellizos tienen buena relación.
