La canción I’m not in love (No estoy enamorado) escrita e interpretada por Eric Stewart y Graham Gouldman, -pero inmortalizada en 1999 por Fun Lovin’ Criminals- habla básicamente del sexo con una ex pareja. En la letra -despiadada- él la llama y la invita a encontrarse en su casa pero aclara “no estoy enamorado, así que no lo olvides”.
Lo cierto es que un encuentro sexual con alguien con quien se compartieron años de relación es un tema complicado, no por tabú sino por los riesgos emocionales y afectivos que implica, pero a la vez, muchos lo encuentran atractivo y hasta excitante.
Viviana Wapñarsky, psicóloga, sexóloga y miembro del Servicio de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, asegura que “Nadie debe juzgarse por los deseos y fantasías que tiene con una expareja. Nada es correcto o incorrecto, depende de cada uno y de lo que le pasa en cada momento de su vida”. Lo ideal es desterrar los prejuicios y enfocarse en lo que le hace bien o mal a cada persona.
Para ello, la ciencia -una vez más- viene a aclararnos el panorama. Parece que tener sexo con una ex pareja no es tan malo como se podría imaginar, siempre y cuando se cumplan algunos requisitos.
Para empezar, algunos estudios revelan que el sexo con un ex puede tener efectos positivos en la salud. Además, las personas que aceptan la situación de la ruptura se adaptan mejor a la nueva condición y aquellos a los que les cuesta asumir la separación, se sienten mejor cuando tienen relaciones sexuales con un ex. En este sentido, la psicóloga Asley Mason, afirma que esto no sería una cura para superar la ruptura, pero que podría llegar a a ser beneficiosa para aquel que aún alberga sentimientos, ya que al mantener solo relaciones sexuales sin ningún fin sentimental, la situación podría llegar a aburrirles, tomando aquí la decisión de pasar página.
Para esto hay que tener claro que el vínculo está terminado, porque una herida que se vuelve a abrir duele el doble. Por eso, es bueno tener en cuenta que se pueden dar las siguientes situaciones:
- Si uno de los dos se vuelve a encariñar y el otro no, una nueva ruptura puede ser devastadora.
- Si alguno de los dos, o ambos, tienen una nueva pareja, estarán abriendo una ventana a la infidelidad.
- Luego de la relación sexual se puede sentir culpa, sobre todo si la ruptura fue dolorosa.
- Si hubo motivos importantes para terminar la relación, es posible que después del sexo se repitan los patrones desagradables del pasado.
- En ocasiones el sexo es el disfraz de una venganza, por lo tanto hay que analizar con cuidado cuáles son las motivaciones de ambos detrás de la invitación a un encuentro.
Qué tiene de bueno en sexo con la ex pareja
Un estudio realizado en 2012 concluía que, más allá de aceptar o no la ruptura, el sexo con un ex no se relacionaba con un mayor sufrimiento emocional. Es decir que en los casos en los que no se había aceptado la ruptura, tener sexo con el ex correlacionaba con menor sufrimiento.
Recientemente, en abril de 2019, Archives of sexual behavior (Revista de la Academia Internacional de Investigación Sexual) publicó un estudio en el que se obtuvieron resultados similares. Para ello realizaron un seguimiento de un amplio número de personas que estaban en una relación, y posteriormente recogieron datos de aquellos cuyas relaciones se habían roto.
Uno de cada cuatro participantes habían intentado tener sexo con su ex y mostraban un mayor vínculo hacia él (léase, seguía enamorado o con apego emocional). Tener sexo con el ex no se relacionaba con un mayor sufrimiento ni durante ni los días siguientes en relación a la ruptura. Y además encontraron que los participantes que querían y buscaban tener sexo con su ex no solo no estaban peor emocionalmente, sino que presentaban más emociones positivas que negativas en los días siguientes al encuentro sexual. El sexo no era una variable que se relacionara con un mayor o menor enganche a la relación, es decir, la ruptura se superaba en tiempos similares se tuviera o no se tuviera sexo con el ex.
Entre las ventajas, destacaron el hecho de conocer los gustos de la otra personas; sentirse confiados en la cama; volver a compartir complicidades que fueron parte de la relación; y que lejos de las presiones cotidianas, el sexo puede ser puro disfrute.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que ambos estudios cuentan con muestras relativamente escasas, y con personas aparentemente maduras y estables emocionalmente.
Pero la realidad es que casi siempre, uno de los dos sufre más la separación, y en ese contexto, pensar en tener sexo puede acarrear algunos puntos a tener en cuenta.
No te confundas
A pesar de lo que digan estos estudios, si no tenemos clara la ruptura, si hay dependencia emocional o si extrañamos demasiado cualquier acercamiento, sea sexual o una llamada telefónica, puede hacernos sufrir y, en el peor de los casos, hacernos entrar en un círculo vicioso de encuentros, reconciliaciones y rupturas sin fin.
El sexo tiene que ser placer, diversión, intimidad, no una herramienta de extorsión para retener o reconquistar al otro. No está bueno y es desleal a los términos y condiciones (aunque tácitos) iniciales, por lo que es muy probable que el otro termine huyendo y la persona involucrada afectivamente termine peor de lo que estaba.
Por eso, lo mejor es hablar desde el principio y dejar claro qué es lo que cada uno espera de ese encuentro.
Otro tema a tener en cuenta: No convertirse en la eterna ex pareja que siempre está disponible cuando el otro terminó su relación actual, está aburrido o no le gustó la persona con la que salió esta noche.
Puede convertirse en adictivo
Tras una ruptura, el sexo con el ex puede ser una forma de consuelo, indica la sexóloga Ana Lombardía: “Se mantiene el vínculo con la pareja y, por tanto, no se extraña tanto, disminuyendo la sensación de ansiedad que genera una ruptura”. Si bien esa es la parte positiva, hay que matizar que “el tener sexo con alguien con el que estamos cómodos y que nos atrae puede ser muy satisfactorio”, y eso no siempre es algo bueno, ya que hay parejas que “se enganchan y no acaban de romper el vínculo”.
Este bienestar, aunque real, sería solo pasajero y traería posteriores consecuencias. Y es que el estudio analiza las sensaciones a corto plazo, pero no cómo puede afectar con el paso del tiempo.
Cuando está todo bien
El sexólogo Fernando Villadangos, hace hincapié en la situación en la que se produjo la ruptura: “No es lo mismo terminar mal porque haya habido problemas y al menos una de las personas se siente traicionada, frustrada, con rabia e incluso odio, que una relación que se acaba por dejadez, por rutina o porque el amor se haya acabado”.
Además no es lo mismo un desliz la siguiente semana que una recaída tres meses después. “Si las dos partes de la pareja tienen la madurez necesaria para aceptar que no se puede seguir adelante y necesitan hacer la separación sin prisas, tener sexo, así como seguir haciendo otras actividades juntos, puede ayudar a aceptar la separación y a realizar el duelo”, explica el sexólogo. Todo esto siempre y cuando se trate de una etapa inicial, y no de un comportamiento que se alargue en el tiempo, o que retomemos cuando el duelo parecía superado.
Dejar pasar un tiempo
Ana Lombardía concluye que también es ingenuo caer en la idea de que “el sexo es solo sexo. Cuando mantenemos un encuentro sexual con alguien no es solo físico, sino que también hay emociones, sentimientos, un vínculo entre ambos”.
Mila Cahue, especialista en Psicóloga Clínica de la Universidad Autónoma de Madrid, afirma que “para formar una nueva relación con los ex es necesario dejar un tiempo lógico de curación. Igual que cuando tenemos una herida física dejamos que cicatrice al aire y con tiempo, las heridas emocionales necesitan el mismo proceso”. Arriesgarse a seguir teniendo sexo puede ser peligroso si no se tiene la madurez necesaria para asumirlo como sexo por placer con un sujeto cualquiera, sin que la relación en sí tenga una carga sentimental proveniente del pasado. “Cuando la herida está curada, podemos decidir entonces qué tipo de relación queremos mantener”, estima Cahue.
“Las rupturas implican una separación. Darse un tiempo permite que las personas se recompongan, se vislumbre un futuro al margen del otro u otra, y sobre todo, dejar vía libre para saber qué es lo que necesitas o quieres en tu vida”, afirma Jessica Cline, experta en divorcios y terapeuta.
Por otra parte, tener sexo con una ex pareja puede ser excitante pero también puede convertirse en una excusa para no dejar entrar a otras personas a tu vida.
Por último, si los recuerdos de la relación son recurrentes y remueven sentimientos, tener sexo con esa persona puede no ser sano. Lo mejor es alejarse si aún hay sentimientos.