La hiperhidrosis es una condición médica que se caracteriza por una sudoración excesiva e incontrolable más allá de lo necesario para regular la temperatura corporal. Las personas que tienen hiperhidrosis pueden sudar de manera significativa incluso en situaciones de baja temperatura o sin actividad física aparente. Esta condición puede afectar las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas, la cara y otras áreas del cuerpo.
El síntoma más obvio de la hiperhidrosis es la sudoración excesiva y frecuente, que puede interferir con las actividades diarias y tener un impacto en la vida social y emocional de las personas afectadas.
La transpiración en las palmas de las manos y las plantas de los pies puede llevar a tener las manos mojadas y resbaladizas, lo que dificulta algunas actividades como escribir o agarrar objetos. En el caso de las axilas, la hiperhidrosis puede causar manchas en la ropa y un olor corporal más fuerte.
Existen 2 tipos principales de hiperhidrosis
1. Hiperhidrosis primaria (focal): Es la forma más común y no tiene una causa conocida. Suele comenzar en la infancia o adolescencia y puede afectar a varias áreas del cuerpo. Puede ser hereditaria y estaría relacionada con un problema en el sistema nervioso que regula la sudoración.
2. Hiperhidrosis secundaria: La sudoración excesiva es causada por otra afección médica subyacente, como problemas de tiroides, menopausia, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos o efectos secundarios de ciertos medicamentos.
Cuál es su tratamiento
El tratamiento de la hiperhidrosis puede variar según la gravedad de los síntomas y la causa. Algunas opciones son:
Antitranspirantes fuertes: se pueden utilizar antitranspirantes que contengan cloruro de aluminio para reducir la sudoración.
Medicamentos: en algunos casos, se pueden recetar medicamentos orales, como anticolinérgicos, para disminuir la sudoración.
Lontoforesis: este tratamiento utiliza una corriente eléctrica débil para bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas.
Toxina botulínica (Botox): las inyecciones de toxina botulínica pueden reducir temporalmente la sudoración.
Cirugía: En casos graves y resistentes a otros tratamientos, se puede considerar una cirugía llamada simpatectomía en la que se cortan o bloquean los nervios que estimulan las glándulas sudoríparas.
Es importante buscar atención médica si la sudoración excesiva afecta significativamente la calidad de vida o si está asociada con otros síntomas preocupantes. Si querés saber más sobre dermatología y estética, entrá a mi perfil de Instagram @dra.sofiamazzaroni y estate atento a toda la información que tengo para contarte sobre tu piel y cómo cuidarla.