No importa cuánta terapia hayas hecho previamente, la maternidad llega para desestabilizar emocionalmente hasta a la más plantada. De a poco comienza a tener voz el lado B de la maternidad que nadie te cuenta y junto con eso, crece la importancia de preocuparse por la salud mental de quienes crían a las generaciones del futuro.
Según una encuesta realizada por @mami.tasking, 9 de cada 10 mujeres confesó que su salud mental empeoró con la llegada de sus hijos. “Aterrizamos en la maternidad sin tener dimensión real del cimbronazo al cual nos avecinamos con la llegada de un hijo, porque la sociedad no está lista para tanta sinceridad y de esa forma, traemos a nuestros hijos al mundo subestimando el impacto en la salud mental”, indica Johanna Gambardella, directora creativa y co-fundadora de @mami.tasking.
El relevamiento tuvo como objetivo, en el mes de la salud mental materna -cuyo día se celebró este año el 3 de mayo- visibilizar el impacto de la maternidad en la vida de las mujeres y junto con el sorprendente resultado, también se obtuvieron los motivos por los cuáles se experimenta el deterioro de la salud mental.
El 39% de las encuestadas coincidió en el peso de la tarea invisible. Las tareas invisibles son aquellas que requieren de organización y planificación y resultan difíciles de cuantificar en el tiempo y aparecen como el principal factor que empeora la salud mental materna.
El 35% apuntó al nivel de demanda de los hijos, mientras que contra todos los pronósticos sólo un 19% sentenció a la exigencia social y laboral.
“La combinación entre el exceso de demanda y las altas expectativas de la sociedad, donde se pretende que la mujer se convierta en madre sin desestabilizarse, es muy dañina”, afirma Victoria Pardo, psicóloga y co-fundadora de @mami.tasking.
Un dato que genera curiosidad, pero que a la vez tiene sentido, es que el 89% coincidió en que la salud mental materna empeora a medida que incrementa la cantidad de hijos, aunque para traer un poco de luz al resultado de la encuesta, el 69% también respondió en que la salud mental empeora los primeros 5 años, pero mejora a medida que los hijos crecen. “Estos índices están directamente relacionados con el nivel de demanda que tienen los primeros años de crianza y el papel vital que la mujer aún sigue teniendo por sobre el hombre en lo que refiere a tareas de cuidado y tareas invisibles, entre otras”, agrega Johanna.
Después del sacudón, la mayoría de las mujeres pueden identificar con facilidad cuales son las acciones que repercuten positivamente sobre su salud mental. El 57% necesita tiempo a solas o de descanso, mientras que un 19% prioriza la actividad física o realizar un hobby. Terceras en el podio comparten lugar con 12% el equilibrio en la pareja y la distribución de tareas, junto con el alivio de contar con red tanto para delegar tareas de cuidado como para contar con un oído cercano sin miedo a ser juzgadas.
El desafío es poder hacerse de esos momentos sin culpa. “Hay un antes y un después en la vida de toda madre, cuando entiende que para el bienestar de sus hijos, es importante primero su propio bienestar”, insiste Victoria. “Hay que luchar internamente para hacernos del espacio, porque si no nos ocupamos nosotras para que suceda, nadie lo hará”, finaliza.
La importancia de la mirada profesional
A la terapia tradicional que todos conocemos, en los últimos años se le sumaron muchas alternativas, incluyendo tribus de madres gestantes y hasta grupos de whatsapp para aquellas que no encuentran una red que las contenga, pero a las mujeres todavía les cuesta sincerarse sobre sus emociones.
La supervisión profesional influye positivamente en la sensación de agobio que provoca la maternidad. Según el estudio, el 31% de las que creía que su salud mental mejoró con la llegada de sus hijos, hace terapia, mientras que para las que creen que su salud mental empeoró, el porcentaje de las que se analiza baja a 25%.
“El embarazo, el parto y la lactancia, son momentos cruciales en la vida sexual y reproductiva de las personas gestantes que deciden aventurarse a la maternidad. En esta etapa, una serie de movimientos (hormonales, afectivos y mentales) puede desencadenar estados emocionales de felicidad plena o la más profunda sensación de asfixia y desesperanza”, comenta la Lic. Rita Vanni. psicoanalista, puericultora y doula, creadora de @ritavanni_doulaypuericultora.
“La crisis vital que significa la maternidad reconoce la necesidad de cuidado, no sólo del recién nacido, que por su condición de indefensión debe ser atendido, sino también la de la madre. Cuidar a la cuidadora debería ser una responsabilidad de todo el entorno”, finaliza.
Frente a la ausencia del acompañamiento profesional, la contención del entorno es un pie fundamental para la salud mental.
En los últimos años varios estudios confirmaron que padecer ciertos trastornos mentales durante el embarazo, como la ansiedad o la depresión, terminan afectando no sólo la salud mental de la madre, si no también la de sus bebés.
“Si bien somos conscientes de que tiene sentido que haya un deterioro en la salud mental durante los primeros años de nuestros hijos, también notamos que el 74% de las mujeres no es acompañada por ningún profesional de la salud mental durante el proceso, lo cual lleva a un índice que resulta preocupante: 4 de cada 10 mujeres sufrió o cree haber sufrido depresión durante el embarazo o postparto”, afirma Victoria Pardo.
Algunas de las características y manifestaciones más visibles de una mala salud mental son:
- Cambios y alteraciones en el estado de ánimo
- Emociones y sentimientos de tristeza, ansiedad
- Episodios de llanto frecuentes
- Pérdida del apetito y del sueño
- Descuido en el arreglo personal
Recomendaciones para el cuidado de la salud mental materna
- Alimentarse de una manera sana y balanceada
- Caminar o hacer ejercicio
- Dormir bien
- Evitar estar sola
- Pedir ayuda y apoyo a la pareja, familiares y amigos
- Unirse a algún grupo de apoyo para madres primerizas
* @mami.tasking es una comunidad creada por Victoria Pardo y Johanna Gambardella, que ya agrupa a más de 85.000 mujeres.