A la gente extraña le pasan cosas extrañas. Gastón Duprat y Mariano Cohn son raras avis en la escena del cine argentino: en los años 90 dieron vida a Televisión Abierta -un hoy legendario experimento televisivo que se adelantó a la cultura de las redes sociales- y desde entonces cimentaron una muy particular carrera jalonada por exitosos y multipremiados filmes como “El Artista”, “El hombre de al lado” y “El ciudadano ilustre”, entre otros. Su universo creativo está lleno de rarezas, siempre dirigen a cuatro manos, le escapan a los cánones, reniegan de la cinefilia y suelen ir y venir entre la ficción y el documental.
Poco antes de que se desatara la pandemia, Cohn y Duprat recibieron un llamado de Penélope Cruz y Antonio Banderas. Lo que escucharon por teléfono fue un poco desconcertante: estos dos íconos del cine español y de Hollywwod se confesaban fanáticos de sus películas y les proponían que pensaran un filme en el que pudieran actuar juntos por primera vez. El resultado fue “Competencia Oficial”, un filme magnífico (se estrena hoy en nuestras salas) que indaga de una manera desopilante en el misterio de la actuación, de la mano de un trío de estrellas que completa nuestro Oscar Martínez. “Competencia Oficial” es, también un viaje a la intimidad de la filmación de una película, el “cine dentro del cine”, y para reflexionar sobre ella nos sentamos a conversar un rato con sus directores.
“Imaginate nuestra sorpresa cuando recibimos un llamado de Penélope, Antonio y Javier Bardem diciéndonos que querían hacer una película con nosotros”, arranca Gastón Duprat. “Les propusimos hacer algo relacionado con el mundo de la actuación, con la cocina del proceso actoral. Les gustó la idea y, como Javier no iba a poder estar por temas de calendario, lo sumamos a Oscar Martínez, con quien ya habíamos trabajado en El ciudadano ilustre y a quién ellos admiraban mucho”.
-¿De qué forma participaron Penélope, Antonio y Oscar en el proceso de un filme que justamente reflexiona sobre la actuación?
- Gastón Duprat: Pensá que Banderas tiene más de 120 películas en su haber y Penélope otras tantas. Y Oscar ha recibido el premio a mejor actor del Festival de Venecia, nada menos. Así que el guion se nutrió muchísimo de las experiencias de los tres con distintos directores, en distintas películas y en diferentes países.
- Mariano Cohn: Casi que comenzamos con una hoja en blanco, en la que nosotros dos pusimos nuestras ideas y ellos aportaron todo un caudal de experiencias, ideas y anécdotas. Era un caldo de cultivo ideal para comenzar a escribir: desde historias de empresarios que invierten en una película porque buscan prestigio (que es algo que está en “Competencia Oficial”) hasta directores chiflados y actores llenos de tics y manías tremendas. Había como un acuerdo de hacerlo con un poco de “maldad”, desacralizar la figura de los actores.
- Gastón Duprat: Hay muchas películas que muestran cómo se hacen películas, eso que suele llamar “cine dentro del cine”. Pero a nosotros no nos interesaba ir por ahí, sino mostrar cómo ocurre lo actoral, cómo logran los actores y actrices transmitir emociones. La gente en el cine lo ve como algo terminado, pero no sabe cómo se construyó. Y nos parece que es un proceso fascinante. La película intenta ser una ventana a eso.
- Hasta ahora, ustedes habían filmado mayormente en la Argentina. Y, de pronto, les llega un proyecto en España, con dos íconos globales del cine, que iban a juntarse por primera vez. ¿Se sintió presión?
- Cohn: Uno de los grandes motores de “Competencia Oficial” fue que Antonio y Penélope querían estar juntos por primera vez en una película. Era algo que decían desde la primera conversación que tuvimos. Pero no sentimos ninguna presión extra en relación a eso, porque durante la filmación ellos se divirtieron y disfrutaron mucho de estar ahí. Lo que sí imponía era un estándar muy alto, porque estaban estas tres figuras haciendo una película que trata sobre la actuación y nosotros como directores debíamos transmitir seguridad. Dejábamos correr la cámara sin cortar, en escenas largas que se parecían más al teatro que al cine.
- ¿Haciendo esta película, aprendieron algo del proceso actoral que no sabían?
- Duprat: Nos llevamos un montón de cosas nuevas. Hay, por ejemplo, una escena con Antonio Banderas frente a un espejo, en el que su personaje iba a pasar de un estado de preocupación a uno de seguridad en sí mismo. Nosotros la habíamos pensado como una escena muy larga. Pero Antonio, después de ensayarla bastante, nos dijo que nos quería mostrar algo y la resolvió de una manera muy sintética, haciendo simple una cosa que era muy compleja. Convirtió una escena casi abstracta en un relato mucho más tangible.
- Para terminar, ¿qué les queda aún de aquellos años salvajes de Televisión Abierta?
-Duprat: Cuando apareció Televisión Abierta no existían ni Youtube ni las redes sociales. Ni siquiera el email. Fue el primer reality. Y en la tele fue toda una ruptura, porque mostró por primera vez a la gente común en sus casas, con sus ropas y sin otra cosa que lo que tuvieran para decir. A mí me encanta tener a Televisión Abierta en nuestro currículum, porque desconcierta: no nos deja parecer como académicos ni cinéfilos. Yo detesto la cinefilia, una palabra que para mí suena como el nombre de una enfermedad.
- Cohn: Nuestra manera de filmar creo que tiene mucho más que ver con la vieja televisión que con el cine. De hecho, en “Competencia Oficial” hay citas a Televisión Abierta, escenas que Penélope no debe tener idea que son un homenaje al programa. A ver si los fans las descubren.